Después de solidarizarse con Portugal, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intervino en la cumbre del Consejo Europeo dispuesto a alejar el fantasma de un supuesto contagio de España por la crisis del país luso.
Zapatero acudió a Bruselas con una serie de anuncios en materia de reformas estructurales y estabilidad presupuestaria para convencer a los mercados de que su Ejecutivo no se apartará del camino del ajuste marcado en mayo del año pasado para que el efecto dominó que comenzó en Grecia no llegue al país que dirige.
El líder socialista selló su compromiso con el Pacto del Euro al presentar un plan que conlleva reformas para controlar por ley el gasto del Estado, vinculándolo al PIB, y para hacer aflorar empleos sumergidos en el plazo de año y medio. El estudio está integrado por ocho medidas en materia de competitividad, empleo, sostenibilidad de las finanzas públicas y estabilidad financiera.
Zapatero informó del texto en la rueda de prensa que ofreció al término de la cumbre y en la que explicó que, con esas iniciativas, muchas de ellas ya en marcha o anunciadas, pretende reforzar la respuesta a la crisis económica y fortalecer las bases de la economía de cara al futuro.
Aunque los pormenores de algunas de ellas se irán concretando próximamente, sí avanzó que el proyecto contra el empleo irregular incorporará «incentivos» desde junio de este año hasta diciembre de 2012.
El control del gasto público responde a la exigencia de «sostenibilidad de las finanzas públicas» incluida en el Pacto del Euro, y Zapatero subrayó la importancia de tener en cuenta el crecimiento económico, el déficit anual o el superávit a la hora de establecer un techo de desembolso.
Por respeto al principio constitucional de autonomía financiera, ese control no se impondrá a las comunidades autónomas, aunque desveló que ya han comenzado los contactos para que adopten la misma regla, y consideró que el acuerdo es «factible» a la vista de la actitud de los populares.
La reforma de la negociación colectiva, la creación de una Comisión asesora de competitividad, un proyecto de ley de servicios profesionales, la ley concursal, la transformación de las políticas activas de empleo y la mejora de la Formación Profesional, y las nuevas exigencias de capital a bancos y cajas completan el listado del programa español.
De todo ello hablará hoy Zapatero con el presidente de la CEOE, Juan Rosell, y con los representantes de las principales empresas del país, que han sido citados en el Palacio de la Moncloa.
Así, recalcó que España se encuentra ya en la senda de la estabilidad debido a que viene adoptando reformas desde diciembre de 2009, por lo que la crisis portuguesa no va a exigir más rapidez en el camino trazado.
Zapatero se mostró convencido de que Portugal garantizará su estabilidad y su capacidad de financiación y dijo que el mensaje de tranquilidad debe venir de la mano de las fuerzas políticas con posibilidades de vencer en los próximos comicios generales, ya que, gane quien gane, Europa va a exigir el cumplimiento de los objetivos de déficit.
El mandatario también aprovechó para reiterar su solidaridad con la tragedia que vive desde hace dos semanas Japón y consideró que las centrales nucleares europeas que no superen las pruebas de resistencia planteadas a raíz de la situación de la central atómica de Fukushima y no vean factible incrementar su seguridad, deberán cerrar.
