Después de las críticas recibidas el pasado sábado por el líder del PP, Mariano Rajoy, que aseguraba que el Gobierno buscaba «distraer la atención» de los españoles con su propuesta de Pacto de Estado, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo ayer un alegato en favor de la confianza, la responsabilidad y la cooperación, y apremió al jefe de los populares a ayudar al país llegando a acuerdos para superar la crisis económica, porque «la unión hace la fuerza».
Así, Zapatero emplazó a Rajoy a que presente sus propuestas y a que no se limite a descalificar las de los socialistas. «La unión hace la fuerza y necesitamos fuerza para salir cuanto antes de la crisis y volver a crear empleo», subrayó Zapatero, persuadido de que «el desafío es grande» y exige la mayor cooperación y la mayor unión de todos.
Según aclaró, no le pide al PP que se responsabilice con el Ejecutivo, sino «con la sociedad», a fin de que los dos partidos puedan dar lo mejor de sí mismos y arrinconar sus diferencias para unirse y pensar en quienes no tienen trabajo. «No le pido que ayude al Gobierno, sino que ayude al país, se lo pido y se lo ofrezco para asumir juntos esa tarea», abundó.
Frente «a tanto intento de generar desconfianza» de los últimos tiempos, Zapatero abogó por la responsabilidad y el consenso, al tiempo que recordó que el Gobierno y el PSOE han puesto sobre la mesa un pacto «sin condiciones», solo que «hay que estar trabajando las horas que sean necesarias» para salir de la recesión.
No obstante, dejó claro que la responsabilidad para superar la crisis y el paro es «ante todo del Gobierno» y de ahí que explicitase su compromiso «con cada trabajador» que ha perdido su empleo.
Así las cosas, el presidente defendió a ultranza los binomios «esfuerzo y confianza», «sacrificio y confianza» y «trabajo duro y confianza», para después garantizar que España irá «de menos a más» y primero cambiará las tasas negativas de crecimiento por tasas positivas, para luego cambiar la destrucción de empleo por creación de puestos de trabajo.
También se refirió a las críticas del PP al déficit y consideró «sencillamente inmoral» que se ponga en duda la solidez de España y la solvencia de sus cuentas públicas, cuando la deuda está 20 puntos por debajo de la media de la UE.
Asimismo, afeó al PP su «poca memoria» y sus «ganas de engañar y de meter miedo a los ciudadanos» con este asunto, porque, de acuerdo con sus argumentos, en el año 2000, «el del milagro económico de Aznar», lo que se pagaba de deuda equivalía al ocho por ciento del total del gasto público del Estado, y en 2009 ha sido un cuatro por ciento. «España tiene una gran solvencia», zanjó el socialista, que prometió reducir el déficit, pero hacerlo «bien, a tiempo y garantizando que el gasto social no se va a recortar».
Más allá de estas reflexiones, Zapatero aprovechó para volver a incidir sobre las causas de la crisis económica -la avaricia, la falta de controles, la ambición desmedida- y para ratificar que el Gobierno trabaja a fin de que esas circunstancias no vuelvan a repetirse en el futuro.
Será muy firme, dijo, para cambiar la regulación del sistema financiero, evitar las especulaciones, los beneficios injustos y los paraísos fiscales, pero será dialogante y flexible a la hora de acordar el futuro del mercado laboral y de las pensiones.
