Rafa Nadal tratará hoy que a la tercera sea la vencida y alcanzar por primera vez la final del Abierto del Estados Unidos, único Grand Slam que aún se le resiste, y para ello deberá de superar al ruso Mikhail Youzhny, un rival que siempre ha creado problemas en cemento.
El número uno del mundo batió en cuartos, y con más facilidad de la esperada, a su compatriota Fernando Verdasco por 7-5, 6-3 y 6-4. El manacorí estuvo a un gran nivel con su servicio y únicamente lo cedió en una ocasión, en la primera manga, y desde ahí apenas fue accesible para el madrileño, lastrado por sus numerosos errores no forzados (41).
De cara a las semifinales, y a pesar de que parece muy superior al ruso Youzhny, el mallorquín no se fía de un adversario que ya le derrotó en 2006 en este mismo escenario y que se impuso en cinco sets al suizo Stanislas Wawrinka.
Y así lo reconoció el moscovita cuando fue cuestionado si le favorecía jugar en esta superficie ante el español. «Mejor aquí que en tierra batida, ¿no?». De hecho, las cuatro victorias que ha conseguido ante Rafa Nadal han sido siempre en esta superficie.
Sin embargo, Nadal también le ha ganado en cemento, y lo ha hecho en tres ocasiones, además de derrotarle en el último precedente entre ambos, que data del año 2008, cuando el zurdo de Manacor le superó en Wimbledon.
El juego que ha desarrollado el pupilo de Toni Nadal en estas dos semanas invita al optimismo. Sigue la misma pauta que cuando ha conseguido los grandes títulos, ir de menos a más, mejorando cada partido y además sin ceder un solo set, lo que le ha permitido ahorrar minutos en la pista y evitar esfuerzos extras.
Por contra, Youzhny solo resolvió en tres sets su primer partido ante Andrey Golubev, ya que frente a Juan Ignacio Chela, John Isner y Tommy Robredo venció en cuatro mangas, y en cuartos necesitó disputar los cinco para derrotar a Stanislas Wawrinka.
De las tres semifinales que ha alcanzado en Nueva York, ésta es en la que Nadal llega en mejores condiciones físicas y mentales, ya que en 2008 se presentó tras vencer en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos, agotado mentalmente, mientras que el año pasado jugó con una pequeña rotura abdominal.
La organización del torneo y buena parte de los aficionados neoyorquinos desean para la final un nuevo duelo entre Nadal y Federer, aunque Youzhny confesó que no le importaría que le llamaran mala persona y arruinar las ilusiones de todos ellos.
«Estoy de acuerdo en que sería una mala persona, pero me encantaría ser una mala persona en este caso», señaló entre risas el tenista ruso, quien luego, más en serio, reconoció el gran potencial de Rafa Nadal. «Él es el número uno y será muy complicado para mí».
Por su parte, el español comentó que su rival «es muy difícil de controlar porque tiene los golpes muy planos, juega muy largo y siempre juega agresivo y si pierdes pista te va matando», por ellos apostó por una estrategia en la que «intentaré desplazarlo y jugarle con cambios de alturas».
