En este tiempo tan extraño, donde parece que nuestra vida se ha parado durante unos meses y la realidad que vivimos es totalmente atípica, os invito a abstraeros por un momento de los problemas que asolan a la humanidad y viajar hasta el siglo XIX, cuando en El Espinar no había tantas casas, tanta población, pero sí unas ferias que muchos de nuestros vecinos más mayores recuerdan con añoranza.
Pues bien, nos vamos al año 1862, en esta fecha se celebraba anualmente una feria de ganado de todos los tipos, los días 29 y 30 de septiembre y los días 1, 2 y 3 de octubre. Eran las ferias de San Miguel.
Pero no se celebraban anualmente sólo estas, sino que en el primer domingo de cada mes desde el año 1894, se acordó realizar un mercado mensual de ganado sin gravamen, o sea sin impuesto alguno, ni para compradores ni vendedores, siendo el lugar elegido para la celebración, tanto de las ferias anuales como del mercado, la zona del Cabezuelo.
La importancia que tenían estas ferias fue tal, que en el año 1934 se celebró en El Espinar el Concurso Comarcal de Ganados (caballar, vacuno, lanar y cabrío) en los días 30 de septiembre y 1 de octubre, coincidiendo con la feria anual de ganados. Para presentarse a este concurso se estableció como condición, que los dueños o conductores de ganado presentaran la guía de origen y sanidad de los animales, expedida por el Inspector Municipal Veterinario de El Espinar.
Durante la década de los cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta se siguieron organizando hasta nuestros días. El municipio mantiene en la actualidad su tradición ganadera bovina, ovina, caprina y equina con un volumen considerable de reses, hecho que explica el interés por la celebración de estos eventos.