En el PSOE sabían de la promesa de Pedro Arahuetes a Javier Giráldez cuando el polifacético empresario optó por incorporarse a la candidatura socialista a las municipales de 2011. Arahuetes le dijo, según cuentan, que si era reelegido para afrontar un tercer mandato, dimitiría como alcalde a los dos años y el empresario podría tomar las riendas del Ayuntamiento. Giráldez ocupó el número 9 de la candidatura y, tras los comicios, de manera sorpresiva, Arahuetes le nombró portavoz municipal del PSOE. Era un buen puesto de salida a la posible sucesión, que Giráldez quiso afianzar afiliándose al PSOE.
El nombre de Giráldez sonó cuando, el pasado verano, el propio Arahuetes, en varias almuerzos, transmitió al secretario de Organización de la Ejecutiva Federal, Óscar López, y al secretario provincial del PSOE, Juan Luis Gordo, su deseo de marcharse.
Arahuetes comentó entonces a López y a Gordo que llevaba ya muchos años como alcalde y que quería dedicar más tiempo a su familia, aunque de sus palabras dejó traslucir también una cierta frustración ante lo que él consideraba un «bloqueo» permanente a los proyectos del Gobierno municipal socialista por parte de las administraciones gobernadas por el PP.
Arahuetes interpreta como un éxito el haber recogido, a principios de verano, un total de 13.131firmas contra el Palacio de Congresos en «La Faisanera», aunque es consciente que esta campaña ha supuesto un gran esfuerzo y que la infraestructura auspiciada por la Diputación entierra el proyecto que él defendía. Arahuetes está frustrado. Sabe que los recursos municipales son cada vez menores y que la Junta y el Gobierno de la Nación, gobernados por el PP, no apoyarán sus iniciativas, caso, por ejemplo, de su proyecto «estrella», el CAT, que supone un auténtico lastre para las arcas municipales.
La versión de Arahuetes es que en aquel momento se limitó a transmitir a los dirigentes socialistas que se olvidarán de él para encabezar la candidatura en 2015 y que, en consecuencia, el PSOE tenía que ir pensando en un sucesor.
Y así se hace en un principio, con una discreta ronda de consultas. El PSOE local apuesta por su secretario general, el concejal de Economía y Urbanismo, Alfonso Reguera. Mientras, Giráldez opina que, de no ser él, la única persona que contaría con su apoyo incondicional sería Clara Luquero, concejala de Cultura y ‘número dos’ en la candidatura de Arahuetes. Como no hay acuerdo, la dirección del PSOE decide aplazar cualquier decisión, quizá en la esperanza de que Arahuetes reconsidere su decisión.
En los meses posteriores, el alcalde ya se encarga de declarar a los medios de comunicación que «al 90 y tantos por ciento de posibilidades» no será candidato en 2015. En su mente está ser el segoviano que más tiempo ha estado al frente de la Alcaldía de Segovia. Y lo consigue el 3 de diciembre del pasado año, al cumplir los 3.826 días en los que el bastón de mando ha estado en su poder. Cumplido este objetivo de permanencia, Arahuetes vuelve a insistir sobre su marcha.
Luquero
Fue a mediados de enero, hace ahora un mes, cuando Arahuetes comunica a Gordo su decisión irrevocable. El alcalde le transmite a Gordo que ya tiene decidido que va a dimitir y que, como el PSOE no le ha planteado ningún nombre, él propone que sea Clara Luquero, al intuir que todos sus concejales, incluido Giráldez y hasta el propio Reguera, apoyarían a la concejala de Cultura.
Arahuetes habla con el secretario general del PSOE de Segovia cuando ha ‘cerrado’ con su equipo el Presupuesto de 2013, semanas antes de que lo apruebe el pleno, y después de tener que dejar fuera del capítulo de inversiones la terminación de la obra del CAT.
Ante la firmeza de la postura del alcalde, Gordo decide informar de la situación a sus más estrechos colaboradores. El ‘sondeo’ se hace, en algunos casos, con sutileza y discreción: «¿Si Pedro no va de alcalde, quien crees que sería el mejor candidato?», pregunta Gordo, inicialmente. También pide opinión a concejales que son afiliados, como Giráldez y Luquero, quien, por otra parte, ya conoce por boca del propio Arahuetes de su decisión y de la propuesta que la coloca a ella como posible sucesora al frente de la Alcaldía.
La semana del 3 al 10 de febrero se precipitan los acontecimientos. Tras aprobarse los Presupuestos Municipales, el 3 de febrero, un periódico local publica, tres días después, que el PSOE no contempla celebrar unas primarias para elegir a su candidato a la Alcaldía. Al hilo de la noticia, en apariencia sin mayor trascendencia, teniendo en cuenta que queda más de un año para los comicios, Arahuetes debe responder, en su habitual comparecencia de los jueves tras la junta de Gobierno, el 6 de febrero, a las preguntas de los periodistas sobre su futuro político. Arahuetes asegura ese día que aún no tenía una decisión tomada sobre su futuro, aunque lo iba a desvelar en «poco tiempo». Arahuetes tuvo que guardar silencio ante la prensa, aunque no ante su equipo. Con Reguera, Giráldez, y Luquero ya había hablado y ese mismo día lo hizo, entre otros, con Paloma Maroto, Lirio Martín y Claudia de Santos. Tan solo les dijo que iba a dimitir y que el siguiente lunes por la tarde, 10 de febrero, en la habitual reunión del equipo de Gobierno, entre todos decidirían el calendario de su marcha.
