La rueda de prensa habitual tras la junta de Gobierno fue ayer escenario de un rodaje especial. A la cámara de Televisión Castilla y León, se unió otra, de pequeño tamaño, que portaba el jefe de Gabinete de Alcaldía, Ignacio Martín Granados. A la señal de “claqueta” del alcalde, Pedro Arahuetes, el jefe de Gabinete se puso en acción para grabar al primer edil, no sin antes tomar una imagen general de la sala, la antigua biblioteca de la Casa Consistorial, para acreditar que una docena de periodistas, expectantes, eran testigos de la escena.
¿Por qué el video?. Arahuetes tenía que acreditar, sin género de duda, a la magistrada de la Audiencia Provincial, María Felisa Herrero Pinilla, su acatamiento a las órdenes de la justicia. La magistrada ratificó, el pasado mes de marzo, una sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3, dictada en junio de 2011, rechazando el recurso de apelación que había presentado el regidor contra este fallo judicial.
Herrero Pinilla ratificó el primer pronunciamiento de los tribunales: que Arahuetes injurió al ex concejal del PP Ángel Sancho. Y para reparar el daño, el alcalde fue condenado a pagar una indemnización de 2.000 euros y a dar lectura del fallo judicial en una rueda de prensa oficial, y en el mismo escenario donde injurió al que fuera edil popular.
El 11 de febrero de 2010 el alcalde llamó «golfo, deshonesto, sinvergüenza, mentiroso, mezquino, corrupto e idiota» a Sancho, que dimitió por el escándalo de los ‘miniapartamentos ilegales’ en la ribera del Eresma. Arahuetes hizo aquellas manifestaciones después de conocer unas declaraciones atribuídas al ex concejal en las que éste reclamaba que le debían reponer en su honorabilidad después de que los tribunales archivasen la causa penal que pesaba contra él y su socio, el también ex concejal popular, Manuel González Herrero.
Con una amplia sonrisa, tono relajado, y después de que su jefe de Gabinete apretara el botón «Rec» —grabar—, Arahuetes informó que, en cumplimiento de la sentencia de la Audiencia, exponía el fallo judicial, que le condenaba como autor de una falta por injurias a la pena de 20 días de multa con una cuota diaria de 65 euros (1.300 euros), con una responsabilidad personal subsidiaria, en caso de impago, de un día de privación de libertad por cada dos cuotas impagadas. Según la sentencia, deberá indemnizar al denunciante en la suma de 2.000 euros.
Tras la lectura de la sentencia, el jefe de Gabinete dejó de grabar y Arahuetes dijo: «ahora vienen los comentarios, aunque éste es un tema más que visto».
Primero desveló que, en su momento, recusó a la magistrada de la Audiencia Provincial, María Felisa Herrero Pinilla, porque había sido gerente de Justicia de Castilla y León —un cargo equivalente al de director general de la administración regional—; esto es, nombrada por el PP. «Interpreté que su pronunciamiento podía estar contaminado por esta circunstancia y la recusé”. No obstante, la magistrada rechazó la petición al argumentar que no estaba afiliada al PP. Finalmente emitió la sentencia» que «acato y cumplo», dijo el alcalde.
A continuación, Arahuetes recordó que Sancho había presentado hasta cuatro querellas contra él, una por un delito de injurias, otro por calumnias, una más por prevaricación y la último por falsificación en un documento oficial. Sin embargo, los tribunales no encontraron indicios de delito y sola una de las querellas derivó en un juicio de faltas por injurias. Sancho, según recordó ayer el alcalde, pidió que condenaran a Arahuetes a que le indemnizase con 36.200 euros por 14 faltas de injurias. Al final fue solo una, con una indemnización de 2.000 euros.
«Reitero, y ya lo dije en el juicio, que las palabras por las que he sido condenado no se relacionan con la honorabilidad personal o profesional del señor Sancho (…) son única y exclusivamente hechos, que reitero».
«Los hechos —añadió Arahuetes— son los que manifesté, pero no tuve intención de lesionar el honor del señor Sancho». A este respecto, el alcalde recordó que en el juicio ya retiró las palabras que pudieran ser lesivas al honor personal del ex edil, aunque «me reiteré en los hechos que constituyen el fondo de esas calificaciones y lo sigo haciendo».
Implicación
Según Arahuetes, Sancho intentó inducir en un pleno del Ayuntamiento que no tenía ninguna vinculación expresa con la promotora de los ‘miniapartamentos’, la sociedad Hontanilla de Santo Domingo, «cuando se demostró que él mismo gestionó y ofreció personalmente los apartamentos a la entonces Universidad SEK, tuvo implicación directa en la gestión, cosa que negó en las sesiones de pleno”.
Asimismo, el alcalde dijo ayer que Sancho, a través de una empresa, cometió actos «que yo denuncié públicamente por responsabilidad política», construyendo miniapartamentos, no amparados por la ley, en una parcela de alto valor paisajístico y calificada como suelo rústico de especial protección.
Arahuetes reiteró que «en ningún momento» tuvo intención de insultar o injuriar a Sancho, puesto que «ya retiré las palabras que pudieran ser injuriosas y sigo manteniendo los hechos reseñados, que se han demostrado por vía judicial y administrativa». «Confió en que este asunto se zanje, solo espero que los tribunales definan la sentencia sobre el expediente sancionador y de restitución de la legalidad» relativo a los miniapartamentos.
Sorpresa
Arahuetes calificó ayer como “sorprendente” que la cantidad que tiene pagar, de 2.000 euros, por injurias, supere a la que tendrán que desembolsar cada uno de tres jóvenes del grupo “Ardor de Estómago” condenados por injuriar al Rey, de 900 euros. “Hay que preguntar a los magistrados y jueces el porqué tienen distintas varas de medir a la hora de juzgar un mismo hecho, con el agravante que lo mío es una falta y las injurias al Rey es un delito”. En tono de broma, Arahuetes apuntó que “al ser una falta no quedaré incluído en la lista de personas con antecedentes penales”.