Las fiestas populares tienen la capacidad de reinventarse para superar cualquier adversidad. Así, un corte de luz en Nochevieja hizo que Abades adelante un día la llegada del año nuevo y congregue a sus vecinos el 30 de diciembre para esperar las campanadas y comer las uvas de la suerte, transformando de esta manera un contratiempo en una invitación a la fiesta y a la convivencia. Los vecinos del barrio de Nueva Segovia vieron el pasado 6 de septiembre truncado su deseo de celebrar una nueva edición de la ya tradicional judiada que congrega a centenares de personas en torno a la iglesia debido a la inesperada aparición de gorgojos en los 100 kilos de judiones que la organización había comprado para cocinarlos y servirlos como colofón a las fiestas del barrio.
El disgusto inicial no apagó la ilusión de los organizadores por llevar adelante uno de los encuentros más significativos en la vida del barrio y una semana después, los jardines de la iglesia de La Resurrección del Señor volvieron a congregar ayer a decenas de personas para disfrutar de los judiones, esta vez con todas las garantías de salubridad.
Urbano González, el cocinero que coordina y dirige todo este proceso, no ocultaba ayer su satisfacción por la participación de los vecinos, ya que aunque el tiempo no animó a compartir mesa y mantel en los jardines de la iglesia, muchas personas optaron por llevar cazuelas y ollas para llevar el rico manjar a sus hogares y disfrutar de una magnífica comida dominical con un plato típicamente castellano.
En esta ocasión, la organización fue previsora y se cocinaron 80 kilos de judiones con el fin de que el sobrante no fuera excesivo; pero aun asi, se sirvieron cerca de 500 raciones y al finalizar la jornada aún pudo repartirse generosas raciones que sobraron y que, a buen seguro, resolverán más de un almuerzo en los hogares del barrio a lo largo de la semana.
El buen ambiente y los deseos de participar fueron las notas características de una jornada inusual por las fechas pero que mantuvo intacta la ilusión de un barrio por mantener una de sus recientes pero muy queridas tradiciones.
