Dos semanas lleva Manu González advirtiendo que la Gimnástica Segoviana no está bien físicamente, ni por ello es tan brillante como en los primeros meses de la temporada, pero aun así continúa ganando partidos. Y en la tarde de ayer, fría y lluviosa, el líder de la liga llenó de nuevo su saco de puntos con otros tres. De acuerdo que no jugó un partidazo, de acuerdo que el Burgos Promesas pudo merecer más, como la Cebrereña hace cuatro días… pero el fútbol son goles, y el equipo azulgrana marcó uno mientras que su rival se quedó sin anotar.
Y no le faltaron ocasiones al conjunto burgalés, aunque más en la primera parte que en la segunda, ya que tras el descanso la Segoviana ajustó mucho mejor y su oponente se vio con menos opciones. Pero la primera clara ocasión de desnivelar del partido fue visitante, después de que Moyano recogiera un balón muerto en el área y fusilara a Carmona… aunque la bala rebotó en el larguero, evidenciando que el principal problema que mostró el equipo dirigido por Carlos Aguilera fue el de la falta de puntería, ya que tanto Heras como Barahona y Gabri protagonizaron otros acercamientos con peligro sobre el marco segoviano.
A madurar el partido
Así que la Segoviana, sabiendo que ya no es tan exuberante como en la primera vuelta, se puso el traje de faena, dispuesto a madurar el partido como hacía en la pasada campaña, tratando de desgastar al rival en su presión, generando pocas ocasiones, pero concediendo cada vez menos, y buscando que el Burgos Promesas fuera poco a poco desordenándose, si bien es cierto que el equipo visitante no se descompensó más que en algunos momentos puntuales. Y cuando ello pasó en la primera parte, apareció el portero Adrián, que cuando tuvo que ser exigido respondió bien, como en un remate de cabeza de Adeva que envió a córner en gran intervención.
El resto de ocasiones, salvando un lanzamiento de Conde, fueron meros acercamientos sin un peligro real, porque la Segoviana empujaba hacia el marco del Promesas, pero el equipo visitante se recogía poco más allá de su centro del campo con mucho acierto, y lanzaba a sus veloces puntas en contraataques que exigían a los centrales azulgranas, a buen nivel en la tarde del sábado.
El partido firmaba el empate sin goles en el descanso, así que en la segunda parte la Segoviana elevó un punto más la exigencia, obligando al Burgos a dedicar más esfuerzos a cerrar los espacios que a buscar el peligro con la velocidad de las contras. Álex Conde amenazó con vacunar el marco de Adrián, pero su volea se marchó por encima del travesaño.
Más madera y un gol de listo
Manu González sabe que tiene pólvora en el banquillo, sea el que jugador que sea quien ocupe las sillas individuales que ahora ejercen esa función, y por ello apostó por meter en el campo a Diego del Castillo para meter fuerza física y llegada desde segunda línea, Ivi para poner su trabajo y su calidad entrando desde la banda, y Diego Gómez para exigir aún más a la pareja de centrales burgaleses con su inestimable esfuerzo en la presión.
Pero el muro burgalés no cedía, hasta que a punto de entrar en la recta final del partido, un centro lateral sobre el área visitante fue claramente peinado por un defensor del Promesas. Diego del Castillo, en una posición que parecía clara de fuera de juego, hizo lo que tenía que hacer al quedar inmediatamente habilitado para rematar de cabeza el 1-0, y se despreocupó de que el asistente hubiera levantado la bandera, algo que no hicieron los jugadores visitantes, que se quedaron parados pensando que el árbitro iba a señalar el fuera de juego. Pero Juan Bustos vio claramente cómo el defensor peinaba el balón, y así se lo explicó a su asistente mientras que los defensores del Burgos protestaban la acción, aunque en su debe queda que debían haber seguido la jugada hasta el final.
Con lo más difícil hecho, la Segoviana espero a que su oponente moviera ficha en busca de algo más de mordiente sobre el marco de Carmona del que había mostrado en la segunda mitad. Pero el equipo de Carlos Aguilera tenía el tanque prácticamente vacío, y aunque intentó agobiar a la zaga azulgrana, lo cierto fue que la ocasión más clara de lo que restaba de partido la protagonizó Ivi, que se plantó solo ante Adrián, quien le adivinó el lanzamiento. Como quiera que esa fue la última acción del partido, no hubo tiempo más que para que la afición aplaudiera la decimocuarta victoria consecutiva de la Segoviana, al que las matemáticas van a comenzar a hacerle guiños muy pronto, y que los jugadores del Burgos Promesas siguieran protestando al árbitro por el gol recibido. El martes llegará el derbi al campo de La Albuera (que por cierto comienza a estar en un estado preocupante), al que tanto Gimnástica Segoviana como CD La Granja llegarán en un buen momento tras sus respectivas victorias.
