Y la amenaza se cumplió. El terremoto Wikileaks ha dejado daños en todo el globo. Incluso en España, aunque Moncloa guarde un silencio sepulcral. Los últimos documentos filtrados por la plataforma norteamericana señalan que el presidente Zapatero es visto por los diplomáticos de EEUU como un político «cortoplacista» que «supedita los intereses comunes al cálculo electoral», y que es «representante de la izquierda más trasnochada», amén de ser «un problema para las líneas maestras» del imperio. Además, Washington se congratuló del «gran fracaso» que supuso para él no lograr que Obama acudiera en mayo a la cumbre de la UE. También hay lugar para la comicidad, pues se supo que Bush no se puso al teléfono cuando Zapatero le llamó para felicitarle por su segunda victoria electoral tras el desplante a la bandera y, sobre todo, la retirada de las tropas de Iraq.
No obstante, sobre el Rey, todo son parabienes, ya que es la única figura nacional que «despierta entusiasmo» en Washington, de quien hasta se dan consejos sobre cómo resultarle simpático. De todos modos, estos escritos no pasan de ser una de las muchas anécdotas filtradas por un cuarto de millón de cables secretos remitidos por el Departamento de Estado norteamericano y distintas embajadas estadounidenses.
Más preocupantes son algunas informaciones difundidas por la plataforma de su fundador, Julien Assange, que han aumentado las fricciones diplomáticas internacionales y salpican a muchos Gobiernos en temas muy delicados.
De hecho, tras no pocos intentos para que no salieran a la luz las revelaciones, la Casa Blanca advirtió a las agencias y departamentos federales de que los fallos a la hora de salvaguardar la información confidencial son «inaceptables y no serán tolerados», y el fiscal general de EEUU, Eric Holder, informó de que su departamento ha abierto una investigación penal por este suceso, «ya que está en juego la seguridad nacional, y pone en peligro a nuestros diplomáticos y activos en materia de inteligencia; así como las relaciones con todos nuestros aliados». Además, Washington indicó, por boca de su portavoz, Robert Gibbs, que robar y diseminar información es «un crimen».
El alud de secretos inconfesables es de tal magnitud que decenas de países e instituciones, empezando por Naciones Unidas -que se vio obligado a desmentir que sus miembros fueran espiados-, tuvieron que salir de algún modo al paso de lo publicado.
Así, por ejemplo, se acusó al Gobierno de Pakistán de estar enriqueciendo uranio mediante un reactor nuclear experimental, y a Israel y a sus servicios secretos del Mosad de haber estado preparando un golpe de Estado en Irán hace ahora tres años.
La Administración Obama también se vió salpicada por el sonrojo, ya que se cuentan los problemas con los que se topó el presidente negro para ubicar a los presos yemeníes y uigures de la cárcel de Guantánamo, debido a las actitudes hostiles del embajador chino en Kirguizistán y del rey Abdulá de Arabia Saudí.
Sobre este mandatario, Wikileaks divulgó que lidera a sus vecinos y hermanos para convencer a EEUU de que intervenga militarmente en Irán. Y parece que lleva dos años en ello. A este respecto, el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, declaró que esta información pone en evidencia el temor del mundo árabe al programa nuclear de Teherán, y expresó su esperanza de que los dirigentes musulmanes de Oriente Próximo digan «en público lo que piensan en privado», y admitan que «el verdadero peligro» para la región no procede de su patria, sino del régimen de Ahmadineyad.
Tampoco sale muy bien parado el Estado israelí, pues ha salido a la luz que el actual ministro de Defensa, Ehud Barak, había intentado coordinar la operación Plomo sólido sobre la franja de Gaza con la Autoridad Palestina y con el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Por otra parte, los expertos se hayan divididos sobre el impacto de estas últimas filtraciones. Para algunos, la jornada de ayer supuso el 11-S de la diplomacia.
La opinión de la diplomacia norteamericana sobre algunos líderes.-
NICOLÁS SARKOZY, PRESIDENTE FRANCÉS: «Es una persona autoritaria y sofisticada, que corrige siempre a su equipo»
VLADIMIR PUTIN, PRIMER MINISTRO RUSO: «Un ‘macho-alfa’ y ‘Batman’, al que le sigue su ‘Robin’, Dimitri Medvedev»
KIM JONG IL, LÍDER NORCOREANO: «Es un pobre viejo blando que sufre dolencias físicas y psíquicas tras un derrame»
SILVIO BERLUSCONI, PRIMER MTRO ITALIANO: «Irresponsable, incompetente e inútil. Sus fiestas salvajes no le dejan descansar»
B. NETANYAHU, ‘PREMIER’ ISRAELÍ: «Es un político elegante y encantador que nunca cumple sus promesas»
