El culebrón Wikileaks cerró ayer un nuevo capítulo que, posiblemente, continúe hoy. El mundo, cada día, acepta con perplejidad la dosis calculada de información comprometedora, y la imagen exterior -e interior- de EEUU sigue cayendo en picado, al tiempo que las fisuras entre los aliados crecen lentamente. Y eso a pesar de que la polémica web no para de ser atacada en el ciberespacio sin éxito, ya que el plato estrella de la jornada se sirvió pronto: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, apoya un intercambio territorial con los palestinos para alcanzar un acuerdo de paz.
Es la primera vez que un documento oficial, en este caso despachado desde la Embajada estadounidense en Tel Aviv, deja al descubierto la postura de este halcón de la derecha -como se le conoce- sobre uno de los asuntos claves del maltrecho proceso negociador en Oriente Próximo. Según el escrito, del que dieron cuenta los medios locales, expresó ese deseo a diplomáticos de EEUU tras las elecciones de febrero de 2010.
Ese canje permitiría al Estado hebreo anexionarse tres grandes colonias en Cisjordania -Maale Adumim, Gush Etzión y Ariel- y evitar el traslado a su territorio de decenas de miles de personas. Y es que, para la web, no quiere controlar ese territorio ni el de Gaza, sino evitar ataques desde allí. A día de hoy, las negociaciones están estancadas desde septiembre, cuando terminó la moratoria de 10 meses en la construcción en los asentamientos judíos.
Además, también se reveló que Washington conocía antes del 8 de agosto de 2008 la intención de Georgia de atacar la región separatista de Osetia del Sur, pese a lo cual no impidió la ofensiva.
Asimismo, los tentáculos de los cables diplomáticos llegaron a Turquía, que vendió armas a Irán -hecho negado por Ankara-; y a Afganistán, acusando a su líder, Hamid Karzai, de liberar criminales y narcos que habían sido arrestados por las fuerzas internacionales.
Dentro de los chismes, la plataforma de Assange contó que el presidente boliviano, Evo Morales, tuvo un tumor de nariz y que su homólogo brasileño, Lula da Silva, le ofreció cuidados en su país.
EEUU presionó a España para entorpecer el ‘caso Couso’.- Moncloa no puede callar más, sobre todo, al revelar ayer Wikileaks que EEUU presionó a jueces y altos cargos españoles para entorpecer la causa abierta por el asesinato del periodista José Couso en 2003, o que, según se indicó el lunes, el Gobierno recibió 85.000 dólares por cada preso de Guántanamo acogido.
Hasta dos ministros saltaron a la palestra. La titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, negó rotundamente las dos noticias, al igual que su colega de Justicia, Francisco Caamaño, que recalcó que los fiscales «se pronuncian siempre con luz y taquígrafos» en sus escritos, al tiempo que tachó la información de «descontextualizada y subjetiva». Los magistrados de la Audiencia Nacional aludidos, Santiago Pedraz y Eloy Velasco, corroboraron esta versión.
Quien no se la cree es la familia del reportero fallecido en Iraq, que expresó su «indignación» ante los informes dados a conocer. Así, sus abogados estudiarán los textos para saber por qué la Fiscalía no actuó en defensa del cámara de televisión.
¿Está el ‘Tea party’ detrás de todo esto?.- Teniendo en cuenta que toda filtración es interesada y sabiendo, por los antecedentes en EEUU, su modus operandi, existen sospechas de que la ultraderecha es la mecenas.
No se trata de una teoría de la conspiración. Simplemente, son hechos. La extrema derecha -con el Tea Party al frente- siempre ha denunciado que Obama es blando con los enemigos de la cultura americana. Así, con el ciclón Wikileaks se le muestra descuidado en el manejo de la información que pone en riesgo gravísimo a la seguridad nacional.
En primer lugar, la información revelada proviene de fuentes internas, y no hablamos de un alto cargo, un agente o un soldado, como se vende. Hay una trama organizada. Eso es lo que piensa un sector de analistas.
«La divulgación de todos esos secretos sirve para medir impactos noticiables en poblaciones, estudiar la difusión de noticias cocinadas o irreales captando redes, permitiendo estudiar también cómo reaccionan los países e, indirectamente, se le dice al mundo que EEUU tiene oídos, ojos y antenas en todo. Sarah Palin y sus huestes patrióticas son los grandes beneficiados de esta política», sostiene un experto que prefiere el anonimato.
¿Y entonces, por qué Wikileaks? ¿Y por qué a tantos medios a la vez? «Si la filtración se publicara a través de un gran periódico norteamericano, la credibilidad -de las revelaciones- ante su público sería casi nula. Los lectores de prensa son minoría y muy críticos, mientras que los cibernautas brillan por su ingenuidad y poca formación».
La web de Assange -fustigado por un crimen que no cometió (violación), como se diría en Hollywood-, se financia por donaciones y sus informaciones siempre giran en torno a la paz, la democracia, la libertad… Ojo. En el 65 se probó cómo hippies ecologistas eran financiados por dos petroleras.
Mientras sigue el alud de obviedades, los enemigos de Obama se rasgan las vestiduras, mientras los republicanos se preparan para asumir el control de la Comisión de Inteligencia. Curioso, ¿no?
