El Segosala Pinturas Alyvan sumó tres sufridos puntos en el Pedro Delgado, superando por 4-3 al Femenino San Fernando en un encuentro en el que, por primera vez en mucho tiempo, el equipo segoviano se vio ampliamente superado por su oponente, sobre todo en unos últimos diez minutos en los que el equipo madrileño fue un vendaval que si no se llevó por delante a las segovianas fue por su horrible puntería, con tres balones a los palos más las intervenciones de Sonia, y un apagón total cuando en acciones claras de segundos palos en el tramo final del encuentro el balón de manera poco comprensible nunca terminaba llegando a su destino.
El Segosala suele ganar sus partidos porque físicamente sus jugadoras saben mantener el ritmo durante los cuarenta minutos, sabiendo que tras el descanso el rival suele mostrar síntomas de cansancio. Pero ante el San Fernando el ritmo fue tan infernal desde el minuto uno de partido que los aciertos y los errores se sucedieron sin solución de continuidad, y siempre con un punto extra de intensidad que por momentos sacaba del encuentro incluso a los árbitros.

RIESGO CON PREMIO, Y CON CASTIGO

Y en ese contexto se movió mejor el equipo naranja, que apoyaba su salida del balón en la derecha portentosa de su portera Bea, que hizo casi todo lo bueno y lo malo de su equipo en el primer tiempo, perdiendo un balón en el centro de la cancha para que Chivi marcara el 1-0, o anotando el 1-2 desde su propia portería (con la involuntaria colaboración de Sonia, a la que golpeó el balón cuando este se encontró con el larguero), poco después de que su compañera hubiera empatado el duelo tras un golpeo de falta directa sencillamente extraordinario.

El equipo segoviano supo castigar los errores de su rival, que no supo culminar sus ocasiones, sobre todo en el tramo final

La primera parte, siendo de ritmo elevado, se quedó en siesta de bebé tras el descanso, porque segovianas y madrileñas se ‘sacudieron’ de lo lindo en los segundos veinte minutos de partido roto, con múltiples transiciones y en el que el equipo segoviano, mejor en los diez primeros minutos de la reanudación, supo castigar todos y cada uno de los errores del Sanfer que, atrapado en su propia espiral de intensidad, se salvó en un par de acciones de Miri que no fueron gol por muy poco, pero no se escapó de sus propios errores, con el 2-2 logrado por Alejandra tras otra pérdida de la guardameta visitante, el 3-2 anotado por Mónica de nuevo en un fallo tras un despeje (con el mérito de marcar desde la banda y con una defensora casi bajo los palos), y el 4-2 poco más tarde, cuando Mónica vio a la portera adelantada y lanzó un chut colocadísimo que entró por la escuadra.

DEL 4-2, A SUFRIR

El partido, de aciertos brutales y errores propios de otras categorías, se metió en una dinámica de dominio casi total del San Fernando después de que las madrileñas, pocos segundos después de sacar de centro tras recibir el cuarto gol, redujeran las distancias en una acción vertiginosa que acabó en un remate cruzado al palo largo, imposible para Sonia.
Las madrileñas se fueron con todo arriba, y elevaron un punto más su intensidad, si ello era posible, sobre la pista. En el Segosala jugadoras como la lesionada Isa, Chivi o incluso Valle, se veían por momentos superadas por el partido, achicando balones y sin poder enlazar algún contragolpe que hubiera obligado al Sanfer a guardarse un poco más en su ataque, o siquiera aguantando la posesión más de cinco segundos.
El ataque madrileño fue tan brutal como horrible su toma de decisiones en los metros decisivos, en muchos casos porque a sus jugadoras les faltó la pausa para elegir la mejor opción. El empate rondó tanto la portería segoviana que parecía imposible que el partido terminara con la victoria del Segosala… pero así sucedió porque las de Agustín Pérez supieron sufrir cuando más agobiadas estaban, fueron solidarias en las ayudas defensivas y, sobre todo, aprovecharon los regalos de su oponente para ganar los tres puntos. Sufriendo, pero ganando.