Señora directora:
El domingo día 28 de abril, a la vuelta al coche en la Plaza del Conde Cheste, nos encontramos con la desagradable sorpresa de una multa por tener el coche aparcado en contradirección. El agente 6135 había sido tan riguroso que nos impuso la sanción grave (200 euros). Lo que iba a ser la celebración del 53 Aniversario de Boda de mis padres se convirtió en un día amargo, del que ya no disfrutaron ni un segundo de una jornada festiva con tour por la ciudad y comida del famoso cochinillo. Lo único destacado de dicha jornada fue la humanidad de las tres estupendas limpiadoras, que aún volviendo de su dura jornada se pararon a consolar lo inconsolable e injusto. Mil gracias, gran trabajo y gran humanidad. Adiós Segovia, hasta nunca, porque al turista se le atraca una vez, una segunda no.