En 2011, España batió nuevamente su récord en la exportación de vino con 22,3 millones de hectolitros y un aumento del 26,5% en volumen y del 16,7% en valor hasta los 2.240 millones de euros. La cosecha media se sitúa en 40 millones de hectolitros y la demanda interna para consumo directo es de únicamente de unos 10 millones. Ello supone que las exportaciones más que duplican el consumo nacional, por lo que, se puede decir que producimos para vencer y a unos precios baratos. Pero, aún así, la salida a los mercados a esos costes tuvo un efecto positivo en el último año sobre los precios de la uva.
En el mercado del vino español hay dos tipos de clientes. Quienes son ya compradores históricos y los nuevos países emergentes.
Entre los países tradicionalmente compradores se hallan algunos Estados comunitarios como son los casos de Franca, Italia, Portugal, Reino Unido, Alemania, Países Bajos o Bélgica. Hay otros que se han incorporado como Irlanda, Dinamarca o Suecia. Fuera de la UE, se pueden considerar igualmente países ya con una tradición en la demanda de caldos patrios desde Rusia a los países americanos como México, EEUU y los Estados del Caribe.
En 2011, Francia alcanzó los 4,48 millones de hectolitros; 3,11 Alemania; 1,78 millones Italia; 1,66 millones de hectolitros Rusia; 1,47 Portugal; 0,81 Estados Unidos; 0,53 Países Bajos y 0,47 Bélgica. Mientras tanto, Suiza es un buen consumidor con 0,39 millones.
En los últimos años, sin renunciar a los mercados tradicionales, el sector ha hecho una importante apuesta por la apertura a otros lugares donde cabrían destacar algunos como Japón, China y, en general, los países asiáticos o Canadá. En la campaña anterior, el crecimiento en esos territorios se halla en una media entre un 30 y un 40% destacando, sin embargo, el incremento del 252% en Italia ante la baja cosecha y la necesidad de mantener su industria y los niveles de la demanda interior y exterior.
Qué vendemos
La distribución de los vinos que se exportan desde España constituye uno de los viejos y más serios problemas que tiene el sector. En nuestro país hay un muy importante grupo de empresas que han hecho directamente un gran esfuerzo para exportar, en un trabajo silencioso, con o sin ayudas públicas para colocar los caldos de cada una de las denominaciones de origen más importantes en los lineales de todo el mundo. En ocasiones, también han apoyado algunas comunidades autónomas, aunque actuando cada una por su lado.
Estos esfuerzos han dado lugar a la venta en el último ejercicio de 3,8 millones de hectolitros con denominación de origen envasados con un incremento del 18,3%. Los vinos con denominación de origen a granel crecieron el 11% hasta los 0,68 millones de hectolitros. Los que no tienen denominación de origen envasados crecieron hasta un 12% hasta los 4,23 millones de hectolitros y, finalmente, los vinos a granel sin denominación de origen lo aumentaron un 43,2% hasta 11,6.
España se ha situado como el principal proveedor a granel para otros países comunitarios grandes productores como son los casos de Francia e Italia, sobre todo en campañas de cosechas bajas como fue la anterior en Italia. Esa es la razón por la que las ventas a Italia hayan crecido más de un 250%. Mientras tanto, Francia se mantiene como el gran comprador de graneles nacionales, al igual que Portugal, entre los compradores tradicionales. Entre los nuevos destacan Rusia y China, pero también Canadá. Por el contrario, hay Estados en Europa como Suiza donde prima la compra del producto envasado y de calidad, al igual que sucede en Reino Unido o Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Noruega, Finlandia, Irlanda, Suecia, México o Japón.
Pasar de la venta de vinos a granel sin denominación de origen a caldos envasados, constituye el viejo reto pendiente del sector vitícola, operación que, en una parte muy importante corresponde a grupos cooperativos e igualmente a empresas que adquieren producto barato a las cooperativas y que, gracias a una buena estructura comercial en el exterior, hacen grandes negocios con estas ventas.
A qué precio
Las medias solo representan la verdad a medias. Hay bodegas en España en el segmento alto de calidad y precio que están exportando con más dificultad por la crisis, pero manteniendo unos niveles de precios elevados. En otros casos, bajo el apremio de vender y, sobre todo por la competencia con los vinos baratos de países emergentes, los precios del segmento inferior y sin fondo de comercio son muy bajos. Los datos elaborados en un excelente trabajo del Observatorio Español del Mercado del Vino señalan que el precio medio de un litro envasado con denominación de origen en 2011 fue de 2,96 euros litro con un recorte del 2,1%. A su vez, los costes medios de un litro de vino a granel sin denominación de origen fueron de 0,33 euros por litro con una subida del 6,7%. Se podría decir que se ha producido un avance, pero en realidad son precios de ruina que afectan negativamente a la actividad del sector vitícola.
El precio medio que se paga en cada país está en función de los tipos de caldos que se comercialicen en cada uno de ellos, ya sean graneles sin denominación de origen o envasados con denominación de origen o sin ella. En función de estas ventas, el coste más caro pagado por litro corresponde a Irlanda con tres euros dado el fuerte peso de los envasados de calidad. En Noruega, por el mismo motivo, el precio medio es de 2,73 euros, de 2,72 en Estados Unidos, 2, 74 en Suiza, 2,92 euros en México y entre 2,10 y los 2,2 en Japón, Finlandia, Reino Unido o Suecia. Por el contrario, los precios medios más baratos en cada país, por el fuerte peso de los grandes corresponden a Italia, Rusia, Francia, Portugal o China donde no llega a los 0,40 euros el litro.
