El consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, insistió ayer en la unión de las seis cajas de ahorro de la Comunidad como paso previo a nuevos procesos con entidades de fuera. Es más, precisó que es evidente que España es un país grande, pero no tanto como para tener 17 sistemas financieros diferentes, pero que parece de sentido común que en Castilla y León primero se ponga «orden en la casa y luego, con un poco de peso, y no como van algunos, conseguir mejores opciones en grupos nacionales».
Villanueva, que ayer clausuró en Valladolid la segunda edición del Programa de Formación de Gestores de I+D+i, salió así al paso preguntado sobre la decisión de Caja Burgos de entrar a formar parte del Grupo Banca Cívica, junto con Caja Navarra, Caja Canarias y Sa Nostra. Aunque precisó que oficialmente desconoce el proyecto y cuando tenga información lo analizará, recordó que la Junta respeta todas las iniciativas y el camino iniciado por esta caja, pero que en su momento ejercerá la responsabilidad de gobernar esta Comunidad y de orientar su futuro financiero. «La Junta será consecuente con sus decisiones, como lo son los administradores de la entidad. Estaremos sujetos a la crítica, pero tomaremos las decisiones que corresponda ejerciendo seriamente las competencias que los ciudadanos nos han entregado para gestionarlas adecuadamente».
Alianzas nacionales
El consejero insistió en que «este sector no es importante por sí mismo, sino que es el que financia toda la economía». «La Comunidad debe hacer un ejercicio de responsabilidad para reestructurar este sector. Nadie está en contra de alianzas nacionales. Los queremos, pero también para defender los intereses de esta región».
Sobre la manifestación de mañana en Salamanca en contra del proceso de fusión entre Caja España y Caja Duero, el consejero prefirió no opinar. Tan sólo precisó que «hay bastantes voces intentando desinformar sobre lo que es una realidad». «España tiene una crisis económica muy severa y también financiera. La reestructuración de las cajas no es un capricho ni del Estado ni de los gobiernos autonómicos, ni de la sociedad en general. Es una necesidad, porque como empresas que son están en una situación complicada».
A su juicio el futuro del sector pasa por procesos de reestructuración, aunque existe el problema de que ésta se está haciendo en medio de una severa crisis. «Lo que no alcanzo a comprender es cómo todavía hay voces en España, no sólo en la región, que con cierta facilidad desorientan la realidad de las cosas. Las entidades de ahorro de España no gozan de buena salud y tienen que mejorar su competitividad», concluyó.
