Serio pero amable y excesivamente celoso de una corta pero imprescindible obra cinematográfica, vital para entender la vanguardia del cine español, Víctor Erice defendió ayer en Segovia la necesidad de que el sistema educativo español integre la formación sobre cinematografía como método para fomentar una cultura audiovisual que actualmente «está abandonada en manos de la televisión».
Erice regresó a Segovia para participar en la Tertulia de los Martes, en la que presentó el cortometraje «El Alumbramiento», con el que colaboró en el proyecto cinematográfico «Ten minutes older», junto a cineastas como Jim Jarmusch, Wim Wenders, Aki Kaurismaki o Spike Lee entre otros.
Sobre el cortometraje, Erice aseguró que su objetivo era “respetar la duración y el tema común marcado por el proyecto concebido en 2002 por el productor Nicolas McClintock como una reflexión sobre el tema del tiempo en el cambio de milenio.
El director de títulos básicos del cine español como «El Sur» o «El espíritu de la colmena», aseguró que la industria cinematográfica pasa por un momento «difícil», marcado en su opinión por la «transformación tecnológica del medio audiovisual y de la difusión de las obras, que han convertido a las salas cinematográficas en un residuo».
En este sentido, el director vasco puso el acento en uno de los principales problemas que atraviesa el sector; centrado en su opinión en la formación cinematográfica de la sociedad, que actualmente «deja mucho que desear porque está abandonada en manos de la televisión, que no es el mejor de los medios para educar a nadie y menos por la que se consume en España».
Para Erice, la solución pasa por integrar la cinematografía en el sistema educativo, de igual manera que han hecho países como Francia «que tiene una cinematografía nacional que puede todavía plantar cara al gigante norteamericano porque incluye el cine desde la escuela primaria».
Además, defendió la necesidad de que los poderes públicos configuren un marco legal que defienda a los creadores de los embates de la piratería a través de internet con el fin de «poner un poco de orden en un territorio salvaje».
El cineasta ha asegurado que su exigua carrera como director -con sólo tres largometrajes en su haber- obedece a «circunstancias de la vida y de la industria del cine» y ha manifestado sentirse «feliz» por regresar a Segovia, provincia en la que rodó «El espíritu de la colmena» en 1973 y en la que residió durante un tiempo».
Erice aseguró que Segovia es un lugar «extraordinario por el paisaje y sobre todo por la luz», y recordó su estancia en la localidad segoviana de Hoyuelos, a la que se desplazaba diariamente desde Segovia para seguir las evoluciones del rodaje de la película.
