Cuando comienza una nueva temporada, como es el caso, en la columna inicial del curso, siempre me pregunto que nos deparará -para bien- el deporte de nuestra querida provincia segoviana; y miren que soy tan optimista que, en ocasiones, peco de ingenuo pensando que las cosas van a salir de maravilla.
Atendiendo al pensamiento anterior, existen circunstancias que influyen en el devenir de las actividades deportivas; y por mucho que los diferentes clubes se vuelvan ‘majaretas’ por intentar que algún éxito llegue este año en forma de gordo navideño, o que algún deportista intente lograr una marca soñada, los poderes públicos pueden ser los que tengan en su mano las claves para fomentar -fundamentalmente- la viabilidad de esas actividades y los logros propuestos.
Por tanto, este mortal que les habla escribiendo, piensa en algunas cuestiones que podrían satisfacer los sanos deseos de los señalados en el párrafo anterior; así, sería de agradecer qué, por fin -y para siempre, no solo para la Copa del Rey o de la Reina- el Estadio Municipal de La Albuera tuviera una iluminación adecuada para ver todos los encuentros; una sonorización que, por su potencia, expulsara a los estorninos del barrio de San José; una plantación de césped que solucionara la alopecia que sufre, porque no podemos llevarlo a Turquía cada año para que le hagan un implante. La temporada acaba de comenzar y puedo continuar otros días con demandas o peticiones varias, como el reiterado módulo cubierto de atletismo, un anhelo que empieza a oler mal por el manido voceo para su realización. A ver si, no solo se me entiende; sino, además, se me escucha.
