Suele suceder –con las excepciones que marque la ley…-, que cuando entramos en el verano haga calor y que cuando llegue el invierno –con las excepciones que…-, haga frío, y entre medias nos encontramos por la calle con la prima-vera y el largo, pero largo, invierno. Y el que quiera poner puertas al campo climatológico que busque las más grandes. No es nada fácil entenderse con el frío o ‘la caló’. Y es que el tiempo es muy suyo. Vamos, que hace lo que le viene en gana.
A los efectos que proceda y ‘rebuscando’ en el ‘pasao’ vengo a describirles pasajeras historias ocurridas, por ejemplo, en el mes de julio de final de siglo XIX, Lean, comparen y si encuentran algo mejor –que ya les digo que sí-, pasan página y colorín, colorado.
Una de Canarios mixtos
No está nada mal abrir estas pequeñas cosas con una sonrisa. Del Hostal ‘Comercio’, c/Reoyo (ahora Infanta Isabel), se escapó un canario mixto (1). Desde la gerencia del hostal se dijo que darían ‘una gran recompensa a quien lo encontrara y devolviera’. La desaparición descrita se completaba con otra sobre la misma especie. En la calle del Doctor Velasco desapareció una jaula con un canario dentro. En el anuncio/denuncia de su desaparición se decía: “La persona que lo presente (devuelva) recibirá el doble de su valor, con promesa de no ser molestada”.
Como diría el bueno del humorista Gila, ‘aquí hay alguien que ha robado algo’.
Velada en los Jardinillos
Primeros días del mes de julio. Gran concurrencia de personal a la fiesta organizada por el Ayuntamiento. Profusión de faroles y farolillos. En la glorieta central se situaba la Banda de la Academia de Artillería. Muchos puestos públicos ambulantes por la zona de la explanada junto a la ‘Fuente Nueva’, que se extendía a los alrededores del Velódromo donde, en el local de la antigua vaquería, se organizó un gran baile. El barrio de San Millán colaboró activamente en la organización. Una de las fiestas más populares de la ciudad.
Nuevo Ayuntamiento
Comprobará el lector al hilo de la noticia que la vida sigue igual. Año 1988, 2 de julio. Se constituye el nuevo ayuntamiento en la ciudad. Son en total 17 los concejales. José Ramírez, Eulogio Martín Higuera, José Jiménez del Campo, Doroteo Lotero, Mariano Sáez, Justo Maeso, Antonio Well, Matabuena, Pérez Yague, Anacleto Gilarranz y Mateo Arango, que son reelegidos. Los nuevos, Juan Catáneo, Torre Bartolomé, Vicente Sánchez, Manuel Matos, Gonzalo Terradillos y Pablo Rincón. Entre ellos, José Ramírez, nombrado alcalde, Eulogio Martín Higuera, Matabuena y Martín Higuera, eran médicos.
También hubo nombramientos de nuevos alcaldes en las localidades de Sepúlveda (Braulio Abad de Diego); Cuéllar (Pedro Quevedo y Romero); Riaza ( Ángel Alberto de León) y Santa Mª de Nieva ( Juan Santos).
Al respecto recogí, y transcribo, pasajes de un escrito con el que ‘El Diario de Avisos’, saludaba la llegada de la nueva corporación: “Ayer se pusieron nuevos tornillos a la máquina municipal. Entran los nuevos concejales… a hacer lo propio que los antiguos, que, después de todo, seguirán la misma senda que les deja trazada… Y así están los ayuntamientos todos, arrastrando una vida lánguida y penosa, por la centralización de los de arriba, las censuras de los de abajo y la indiferencia, pasiones y falta de civismo de los propios”.
Al galope en la calle Real
No era la única ocasión que sucedía. Pero aquel día, 12 de julio, la calle Real tuvo alboroto. Desde el Azoguejo a la Plaza Mayor, y a no menor velocidad que las carreras de hipódromo, circulaba jinete sobre caballo. Los/las que por la calle subían/bajaban buscaban portal, andamio, hueco… donde ubicarse. Gritos, insultos, caídas… Una mujer, mayor de edad, que transitaba por zona cercana a la Plaza Mayor, Calle Cintería, tuvo el animal tan cerca de ella que si unas manos, extendidas desde el hueco de una vivienda, no la hubieran recogido, el suceso no se habría quedado solo en disgusto.
Tormenta de verano
Lo que describía al principio. Tormentas con rayos y truenos hubo y habrá. La que describo fue el día 13 del 7. Estuvo lloviendo y tronando desde por la mañana ‘convirtiendo las calles en fangosos arroyos’. Al respecto describía el cronista: ‘Ya en la tarde noche hubo un trueno que hizo retumbar las casas, produciendo pánico entre las gentes. En la Casa del Gobierno Civil cayó una chispa que recorrió los timbres de la instalación y toda la instalación eléctrica. Ello no hubiera sucedido si el edificio dispusiera de un buen pararrayos’.
La temperatura media del referido mes y año fue de 23 grados a la sombra llegando a los 37 al sol en plena tarde.
Es lo que dicen los sabios del tiempo que saben y conocen: ‘siempre que ha llovido ha escampao’. Y no le den más vueltas al asunto.
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(1) Son aquellos que se obtienen del cruce de canario con otras especies diferentes, normalmente se cruza una hembra de canario con un jilguero macho, que al tener el jilguero una gran aptitud para el canto, es muy valorado. ‘Pa’ que lo sepa el que no lo supiere.
