La película de James Cameron sobre el Titanic, que está a punto de cumplir 30 años (filmada en 1997), comienza con la exploración de un naufragio cuyo objetivo principal es conseguir una joya, un diamante azul llamado “Corazón del mar”, engastado en un collar que es a su vez un regalo de bodas para la protagonista, personificada por Kate Winslet.
Pues bien, una joya relacionada con este famoso naufragio fue vendida recientemente por una casa de subastas británica y alcanzó un precio de 2 millones de euros. Sin embargo, nada tiene que ver con la joya de la película, que fue una invención, aunque la historia que rodea a esta joya es igual de emotiva que la de ficción, y además fue real.
Un reloj de oro de 18 quilates
Henry Aldridge & Son Ltd Auctioneers & Valuers, una casa británica, acaba de subastar un reloj de oro de 18 quilates por 2 millones de euros.
La explicación por la que alcanzó semejante precio fue porque perteneció a uno de los pocos pasajeros de primera clase que falleció entre el 14 y el 15 de abril de 1912, en el naufragio del Titanic.
Se trata del precio más alto que se ha pagado por un objeto asociado con este naufragio, considerado el más famoso de la historia. Por todo lo que se ha escrito y por las películas que se han hecho contando esta tragedia en la que murieron cerca de 1.500 personas.
La joya es un reloj grabado Jules Jürgensen, una empresa surgida en Dinamarca en el siglo XVIII y que luego se trasladó a Suiza, donde siguió activa hasta 2010.
Pero su verdadero valor reside en su historia y en la de su propietario, que se negó a abandonar el barco mientras hubiera mujeres y niños.
Ida e Isidor Strauss
El Titanic golpeó el iceberg, todos conocemos la historia, poco antes de la medianoche del 14 de abril, y se hundió poco después de las 2 de la madrugada del 15.
El reloj marca todavía las 2:20 de la madrugada, y fue encontrado varios días después del hundimiento, en el cuerpo de su propietario Isidor Strauss.
Isidor Strauss era copropietario de los famosos almacenes Macy’s, y habían decidido viajar en el Titanic casi a último momento, con su criada, Ellen Bird.
La fatídica noche fueron vistos cerca del bote salvavidas número 8 y, cuando los invitaron a abordar Isidor se negó, pues todavía había niños y mujeres que no habían sido embarcados.
Ida Strauss tampoco quiso abordar el bote, prefiriendo quedarse al lado de su esposo. Algunos testigos cuentan que la escucharon decir: “Hemos vivido juntos durante muchos años”, y agregó: “Donde tú vayas yo iré”. Su cadáver no se encontró.
Henry Aldridge, de la casa británica que subastó el reloj, lo ha expresado de esta manera: “Los Strauss representaron una historia de amor definitiva: Ida se negó a abandonar a su marido mientras el Titanic se hundía, y el precio récord mundial es testimonio del respeto que se les tiene”.
Dos de los relojes más caros de la historia
El reloj de Isidor Strauss se vendió por 1,78 millones de libras (2 millones de euros), y se convirtió así en el objeto del Titanic que ha alcanzado el valor más alto en una subasta, un lugar que ocupaba hasta entonces, curiosamente, otro reloj asociado a la tragedia.
Se trata de un reloj de oro que fue entregado como premio al capitán del Carpathia, Arthur Rostron, por haber rescatado a los 700 sobrevivientes del Titanic. Este reloj de bolsillo también fue subastado por la casa Aldridge y se vendió por 1,56 millones de libras esterlinas.
