Hace ya 70 años que las tropas rusas entraron en el centro de extermino de Auschwitz y liberaron a aquellos que habían sobrevivido al Holocausto nazi, fecha marcada en la historia y en la memoria colectiva. Fecha que hay que conmemorar para que no caiga en el olvido, porque el olvido puede hacer que la historia se repita.
Por este motivo, el Centro Didáctico de la Judería acogió ayer un acto de homenaje a las víctimas y en memoria de todos los perseguidos, porque, tal y como explicó la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, “en los últimos años asistimos a un repunte del nazismo (…) Y hay que condenar el odio y la intolerancia para conseguir una sociedad plural y libre”.
En el mismo sentido se expresó Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israelí, quien afirmó que “lo más importante es que el Holocausto no se repita”, por eso hay que conservar estos hechos en la memoria, “no se puede negar que pasó”.
Y una forma de recordarlo es, como se hizo ayer en el acto de Segovia, encender seis velas, según De Lucas: la primera por los seis millones de judíos asesinados en guetos y campos de concentración; la segunda, por el millón y medio de niños judíos asesinados por los nazis; la tercera, en memoria de los colectivos que sufrieron la barbarie nazi, como republicanos españoles, gitanos, discapacitados… —muchos de ellos presentes en el acto de ayer—; la cuarta, en memoria de los justos entre las naciones, aquellos que intentaron ayudar a los reprimidos; la quinta, por los supervivientes que rehicieron si vida en Israel y las diásporas judías; y la sexta, por la preservación de la memoria de las víctimas y de los justos entre las naciones.
Superviviendia
Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías en España, hizo suyas las palabras de Emil Fackenheim al afirmar que “se les manda sobrevivir como judíos para que el público judío no perezca”; y recalcó que “después de Auschwitz, todos somos judíos, todos los hombres libres por lo menos”, a lo que añadió que “a los judíos les negaron el derecho a existir y por ello representan a toda la humanidad”.
Asimismo, Querub dijo que España, hoy en día, no es un país antisemita, pero sí judeofóbico desde que se negó todo lo judío en 1944. “Para una parte de la población, Israel es lo demoniaco”, pero nadie dice que es antisemita, “porque suena mal”.
Itzhak Erez Arzuan, cónsul de la Embajada de Israel en España, describió los sucesos de Auschwitz como “la barbaridad a la que es capaz de llegar el fanatismo radical” y calificó el campo de concentración de “la mayor instalación de exterminio de todos los tiempos”, tal y como lo explicó, en su momento, el comandante de las SS que dirigió el campo.
“Fue uno de los mayores desastres causados por el odio y la sinrazón”, lamentó el cónsul.
Y la razón se la dio, con su testimonio, Jorge Klainman, superviviente del Holocausto, que con solo trece años entró por primera vez en un campo de concentración y, con su conmovedor relato, trasladó a todos y cada uno de los asistentes a un momento de la historia que no debió permitirse, “pero había muchos países neutrales que miraban hacia otro lado”, recordó. Su impresionante memoria, que a pesar de sus 87 años sigue intacta, recuerda con ironía todos y cada uno de los días que vivió recluido en campos de trabajo y exterminio, pero esa historia merece ser contada a parte…