Muchos dudaban de que fuera a ocurrir, pero finalmente los candidatos a la Presidencia del Gobierno del PP, Mariano Rajoy, y del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, protagonizarán un debate en televisión, que tendrá lugar el próximo 7 de noviembre, 13 días antes de la cita con las urnas.
Desde hacía varias semanas, las directoras de campaña de ambas formaciones, Ana Mato y Elena Valenciano, se encontraban sumergidas en profundas conversaciones para cerrar la celebración de este cara a cara, en el que solo estarán presentes los aspirantes de las dos fuerzas mayoritarias y que se realizará en la Academia de la Televisión, que preside Manuel Campo Vidal, y que será emitido, en principio, por tres cadenas generalistas: TVE, Antena 3 y La Sexta, así como varias emisoras autonómicas.
Rubalcaba ha defendido en numerosas ocasiones la conveniencia de que se celebren debates, una de las últimas durante la recepción en el Palacio Real con motivo del Día de la Hispanidad, el pasado 12 de octubre. En esa ocasión y en una conversación informal con los periodistas, insistió en ello y señaló que podría haber uno, dos o tres, si bien reconoció que había que acordarlo con el PP.
En esa misma recepción, Rajoy no quiso entrar en el asunto y se remitió para cualquier aclaración a Ana Mato.
Ayer, uno de los portavoces populares, Esteban González Pons, consideró que el anuncio de este cara a cara es una buena noticia y «un derecho».
Mientras, la primera reacción de crítica vino desde Cataluña, donde el cabeza de lista de CiU al Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, acusó a los dos principales partidos de «marginar» a su formación y al PNV antes de las elecciones, pese a que luego, «gobierne quien gobierne», les van a «necesitar».
El nacionalista lamentó que Rubalcaba y Rajoy «solo quieran debatir entre ellos» y «hurten» así a la ciudadanía española de una confrontación abierta a otras opciones políticas que pueden ser «claves» en la próxima legislatura.
La posibilidad de que se pudieran celebrar un segundo enfrentamiento dialéctico la abrió inmediatamente Televisión Española, quien convocó, además de a los candidatos del PP y del PSOE, a los portavoces de los otros tres grupos parlamentarios en el Congreso (PNV, CiU e IU con ERC) para otro encuentro electoral, que se fijó para el 9 de noviembre (dos días después del que ya está programado), sin que al cierre de esta edición se hubiera confirmado la asistencia de ninguno.
Quien también parece querer protagonizar otro cara a cara es el ex presidente del Gobierno Felipe González, que mostró su intención de enfrentarse a quien fuera su sucesor, José María Aznar. Es más, el socialista llegó a asegurar que no le importaría que fueran «cuatro» los encuentros, uno por semana, de aquí a las elecciones.
«Ya le digo que sí», respondió González en una entrevista antes de señalar que la diferencia entre los dos grandes partidos, independientemente de las encuestas, es que el PSOE «siempre está dispuesto a hacer un debate democrático, mientras que el PP solo quiere cuando va mal o no lo tiene claro, pero cuando va por delante se resiste como gato panza arriba».
El ex dirigente se mostró «encantado de la vida» ante la posibilidad de medirse al popular e instó a los responsables de TVE a que se le ofrezcan.
Por otro lado, el sevillano descartó presidir el PSOE porque, según insistió, todavía proyecta «demasiada sombra» y agregó que «para construir un líder de partido, para fortalecer a Alfredo Pérez Rubalcaba o para hacer lo que sea, es mejor no tenerme cerca, aunque sea simbólicamente, y en la cúpula».
