Las reivindicaciones son muchas y antiguas, aunque siempre hay alguna nueva porque el paso del tiempo apremia la urgencia de algunas cuestiones pendientes en el barrio del Puente de Hierro. Pocos se acuerdan de ellas durante todo el año, salvo sus propios vecinos, que incluso han soportado durante décadas esa indefinición de tierra de nadie que ha llevado a llamar a esta zona de la ciudad de múltiples formas: El Puente de Hierro, la estación, La Fuentecilla o Santa Teresa, este último por el nombre de la parroquia que este mes celebra la fiesta de su patrona.
Cuenta Maite Mañas, presidenta de la Asociación de Vecinos Santa Teresa-El Puente de Hierro, que desde que el concejal Andrés Torquemada ha asumido el área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Segovia “hay buen entendimiento” y confía en que la relación sea fructífera y poco a poco puedan conseguirse algunas de esas viejas reivindicaciones, entre las que destaca dotaciones y urbanizaciones pendientes.
De momento se ha conseguido que el Ayuntamiento asuma el alquiler de un local para que la asociación pueda realizar sus actividades con normalidad pero Mañas habla de “veinte años de olvido” en cuestiones como el desarrollo de zonas dotacionales o la urbanización de amplios espacios en el barrio. Indica que el Plan General de Ordenación Urbana preveía una serie de zonas de uso dotacional, con parques y jardines e instalaciones deportivas. Han pasado ocho años y no se ha ejecutado nada, señala.
Desde el colectivo vecinal pretenden, además, que la vieja estación de ferrocarril, de finales del Siglo XIX, se recupere y rehabilite como centro cívico para el uso de los vecinos del barrio, e incluso de la ciudad. También apuntan a que sería deseable que, una vez que pase a manos municipales, se habilite un local para la propia asociación.
Habla Mañas de que una parte destacada de los lindes de la carretera de Villacastín se ha convertido prácticamente en “una ciudad fantasma”. Se trata de la zona de ‘La Riojana’, con viviendas antiguas deshabitadas e incluso un bloque sin terminar de construir que data de los primeros años de la crisis económica.
Una de las principales reclamaciones del barrio es el acondicionamiento de la carretera de Villacastín, en muy mal estado y donde, como en otras vías de la ciudad, hay, según la asociación de vecinos, una doble titularidad: la vía o la calzada en sí, responsabilidad de la Junta de Castilla y León, y las aceras, de ámbito municipal.
Mañas señala una larga serie de deficiencias, entre ellas que “cada vez que se ha realizado una canalización se ha dejado todo sin una mínima uniformidad, y el resultado es una chapuza”.
Por otro lado, a la altura del mesón del barrio, en la proximidad del puente ferroviario, hay una acera con barandilla, sobre un puente que permite salvar la altura del Valle de Tejadilla, que ha sufrido hundimientos y tiene una barandilla precaria. La responsable vecinal pone de manifiesto el riesgo existente, entre otros motivos, por la estrechez de la acera.
