Hace nueve meses, el español Rafa Nadal aterrizaba en Sudamérica envuelto en los mayores interrogantes de toda su carrera deportiva: en la actualidad, el número uno del tenis mundial regresa a la región en circunstancias completamente diferentes.
Exhibiciones, despedidas de viejos compañeros del circuito, turismo exprés, conferencias de prensa, clínicas de tenis, shows televisivos, vuelos privados, partidos de fútbol y posibles visitas presidenciales conformarán la apretada agenda del número uno del mundo en Chile y Argentina luego de su paso por Perú, donde el pasado domingo disputó una exhibición con victoria ante su compatriota David Ferrer.
«Estas son mis vacaciones», intentó convencer el balear a quienes critican el doble discurso de los tenistas sobre la falta de descansos que ofrece el circuito.
El español no tendrá la fortuna del alicantino, que está de paseo junto a su novia en las ruinas de Machu Picchu, aunque podrá darse el gusto de hacer una visita fugaz al glaciar Perito Moreno, uno de los principales destinos turísticos de la Patagonia argentina. «Me hace mucha ilusión, mis padres estuvieron allí hace muchos años. Es uno de los lugares más especiales», aseguró el español.
Encontrar un hueco para la visita turística será un verdadero desafío para quienes organizan la agenda del deportista mallorquín, porque a Nadal le espera una seguidilla de exhibiciones.
Tras un breve paso por Buenos Aires, donde aterrizó en un vuelo privado en la tarde del pasado lunes, cruzó ayer la cordillera de Los Andes rumbo a Chile, donde hoy jugará en Santiago la primera de sus exhibiciones ante el serbio Novak Djokovic y participará en una gala de despedida del local Nicolás Massú, recientemente retirado.
El número uno estará menos de 48 horas en Chile, ya que mañana deberá volver a atravesar la cordillera en la dirección opuesta para jugar ese mismo día en Córdoba la primera de las dos exhibiciones que marcarán el adiós del argentino David Nalbandián.
Su paso por Chile será tan breve como intenso e incluirá, además del partido, un clínic junto a Djokovic con tenistas en silla de ruedas y una visita a la sede del Gobierno, en el Palacio de La Moneda, donde visitará al presidente Sebastián Piñera.
Viña del mar
El regreso del manacorí a Chile cerrará de alguna manera el círculo de un 2013 mágico para el español. Fue en el pequeño balneario de Viña del Mar, en las frías costas del Pacífico, donde dio sus primeros pasos de la temporada tras una ausencia de siete meses por una doble lesión en la rodilla que sembró de dudas su carrera.
«Hace un año jamás podía imaginar acabar en lo más alto del ‘ranking’ de la ATP, ni se me pasada por la cabeza», confesó en su retorno a una región que lo vio despegar por primera vez allá por 2005, año en el que ganó el primero de sus ocho títulos de Roland Garros.
Las vacaciones sudamericanas de Nadal incluirán también una posible visita al estadio de Boca Juniors, ‘La Bombonera’, después de jugar este domingo su última exhibición de la gira frente a Novak Djokovic en Buenos Aires.
Lo que seguramente no olvidará de su visita a la región será la divertida entrevista junto a David Nalbandián que le realizó en la noche del pasado lunes la diva de la televisión argentina Susana Giménez, que obligó al español a apelar a la caballerosidad para responder preguntas sobre el «alemán Federer» o el «ruso Djokovic».
El número uno comentó que tiene «pendiente hacer una visita más larga» en Argentina con su amigo y tenista Juan Mónaco. Eso, por ahora, será lo único que «quedará para más adelante».
Por otro lado, al ser cuestionado sobre su futuro, Nadal precisó: «Mi objetivo es el día a día. Disfrutar lo que me queda de carrera, que espero que no sea poco».
Por último, a la pregunta que le hizo un periodista sobre qué le podía decir a «la gente que se preocupaba» por el cansancio que podía ocasionarle la gira por Sudamérica: «La gente tiene otras preocupaciones más allá de si yo hago esta gira o no. No creo que sea prioritario para la vida de ninguno de los españoles», sentenció.
