Más de medio millar de familias de Castilla y León acogerán en julio y agosto 600 niños procedentes de los campamentos saharauis, de los 90.000 que vendrán a España. Los niños llegarán al aeropuerto de Valladolid, en tres expediciones distintas programadas para el 26, 29 y 30 de junio, y desde allí se repartirán por las distintas provincias de Castilla y León, según ha informado el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Castilla y León, Cipriano González.
Se trata del programa de Vacaciones en Paz, puesto en marcha en el año 1996 y que pretende ofrecer un periodo de convivencia a niños de entre 8 y 12 años de edad que se encuentran en diferentes campamentos, en una zona “muy inhóspita, sin apenas agua y con una vida muy dura”.
“No se trata de sacar a los niños del infierno, traerlos al paraíso y devolverlos al infierno”, ha explicado González, el objetivo es que “los niños pasen dos meses de vacaciones con una familia de acogida y luego vuelvan con la suya”.
Serán dos meses donde las familias de acogida aprovecharán para que los niños pasen ciertas revisiones médicas a las que no tienen acceso, además de las ayudas económicas que les proporcionarán a lo largo del año, pero no se trata un programa relacionado con la adopción, ha recalcado el también alcalde de Béjar.
Para el presidente regional de esta ONG, “la crisis no está reñida con la solidaridad”, por lo que en Castilla y León se vuelven a repetir las cifras de acogida de años pasados, con chicos saharauis que estarán con familias de todas las provincias de la región.
Para González, “sería necesario hacer mucho más”, en relación a las ayudas que se le prestan desde diferentes organismos internacionales, sobre todo “la UE y la ONU”, al pueblo saharaui, dirigido por el Frente Polisario y que habita en cinco campamentos donde conviven 180.000 personas, en una zona cedida por el gobierno de Argelia, “tras la ocupación marroquí en el año 1975, cuando el Sahara dejó de pertene. En esta edición del programa Vacaciones en Paz y por cuarto año consecutivo, también serán acogidos niños saharauis discapacitados, gracias a la ayuda que prestan desde ASPRODES Salamanca.
Otro de los programas que han logrado desarrollar con jóvenes del Sahara es el denominado «Madrasa» (que significa escuela en árabe) que permite a niños de más de doce años estudiar en España con familias de acogida: ellos están estudiando diez meses y los dos meses de verano se marchan con su familia.
El objetivo es que esos conocimientos que adquieren es España los puedan trasladar a su comunidad saharaui, aunque, en muchos casos, la realidad no es así ya que algunos se quedan a vivir en España.
Y es que en el Sahara «no hay trabajo como tal», ha explicado Cipriano González, ya que allí la gente puede colaborar en materias de sanidad, educación o servicios sociales, por ejemplo, y recibir a cambio, alimentos o especias que les proporciona el Frente Polisario, «pero no un salario como aquí».
A la pregunta de por dónde pasan las soluciones que mejoren la situación de las 180.000 personas que viven en estos campamentos sin un Estado reconocido, Cipriano González parafrasea a lo que dijo Felipe González cuando era presidente del Gobierno: «la solución pasa por democratizar a Marruecos»
