El Gobierno vasco trabaja en un proyecto piloto que vinculará la reinserción de los presos de ETA con su autocrítica. Esta iniciativa se pondrá en marcha tras los comicios municipales y forales, para “sacarlo del ruido electoral”, según anunció en un desayuno informativo en Vitoria el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el secretario de Paz y Convivencia del Ejecutivo autónomo, Jonan Fernández.
Durante la comparecencia ante los medios informativos, se presentó el Programa Zuzendu, para “la divulgación de una pedagogía de la autocrítica en derechos humanos”, que estará vinculado con el denominado Hitzeman, la ‘vía legal’ del Gobierno vasco para la reinserción de las personas presas en este sentido.
Inmovilismo
Por otra parte, el lehendakari, defendió ayer que la autocrítica, el reconocimiento del daño causado, es la “piedra angular” para ayudar a “desatascar” el “inmovilismo” del proceso de paz y convivencia y “desarrollar políticas de víctimas, de memoria, de reinserción y de convivencia”.
Tras señalar que el Plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco está teniendo una “balance positivo”, reconoció que también se enfrenta a varios problemas, entre los que destacó “la parálisis de la izquierda abertzale y el inmovilismo del Gobierno español”. El lehendakari defendió que la autocrítica es la “piedra angular” para ayudar a “desatascar” situaciones que “en estos momentos nos han llevado a la parálisis y al inmovilismo” y, aunque subrayó que es una cuestión “prepolítica”, cree que si esta se produce, tiene un componente “ético y ejemplarizante”.
Para Urkullu, en el contexto actual se ha dado un “retroceso” ya que “se vuelve a utilizar e instrumentalizar la causa de las víctimas como arma arrojadiza e interesada en la confrontación política y electoral” y criticó que “de manera irresponsable, hay quienes contraponen derechos de las víctimas y reinserción”.
En relación con las políticas de reinserción (Programa Hitzeman y Zuzen Bidean), anunció que el Plan de Paz y Convivencia trabajará con una perspectiva “escalonada y progresiva” de forma que, en los próximos meses, tras las elecciones para evitar el “ruido” político, se activará una fase de “experiencia piloto” con el Programa Hitzeman.
Para Urkullu, los procesos de autocrítica no “chocan” con el concepto de reconciliación, que enmarcó en un proceso “más personal” y defendió que el proceso de autocrítica puede ser individual pero también colectivo, “si se vincula con el relato de la memoria”. El lehendakari explicó que la autocrítica surge en el Plan de Paz.