El Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, aseguró ayer durante su declaración ante el juez José Castro, que en su primera sesión se ha prolongado durante nueve horas y media, no saber nada de una presunta evasión fiscal de los ingresos que obtuvo el Instituto Nóos cuando estuvo presidido por él, por lo que se desvinculó de una supuesta trama por la que se habría desviado estos fondos a paraísos fiscales.
En la primera jornada de su comparecencia, que continuará hoy, el imputado fue preguntado en torno a la documentación intervenida en los registros practicados en esta causa, que recoge apuntes manuscritos sobre una supuesta estructura fiduciaria para desviar dinero al extranjero, concretamente a Belice y el Reino Unido, y donde jugaba un papel fundamental la sociedad De Goes Center for Stakeholder Management, así como la figura del abogado experto en fiscalidad internacional Salvador Trinxet.
Sobre este punto, el esposo de la Infanta Cristina aseguró conocer únicamente la empresa De Goes radicada en España, y no la inglesa. Según la Fiscalía, Nóos transfirió fondos invisibles o de destino desconocido a las Islas por valor de 420.000 euros. En concreto, la acusación pública considera que Trinxet, que intentó en 2009 hacerse con el control de Afinsa, actuó como «testaferro de terceros».
Para ello, éste constituyó America Energy & Mining, domiciliada en Staines (Reino Unido), compartiendo el mismo domicilio social que De Goes, que recibió además cerca de medio millón de euros de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, creada por el Duque en 2006. El propio Trinxet aseguró que desconocía entonces que el Duque y Torres fueran socios al frente de la entidad aparentemente sin ánimo de lucro, y que ésta estuviese recibiendo fondos de las administraciones públicas.
«De haberlo sabido me hubiera planteado explotar comercialmente esta relación», llegó a admitir el experto en fiscalidad internacional.
Asimismo, el Duque de Palma desveló las reuniones previas que mantuvo con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, antes de que fuese adjudicada al Instituto Nóos la organización de las jornadas sobre turismo y deporte denominadas Valencia Summit. Concretamente, tres días antes de que se le concediera la organización de este evento.
Asimismo, hizo referencia a una empresa familiar en la que puso a sus dos hijos de tres y cuatro años como socios a fin de que tuvieran su participación en la mercantil, denominada Namaste.
Llama poderosamente la atención que, antes del descanso para ir a comer, el magistrado le insistió una y otra vez a Urdangarín en si existía algún tipo de conexión entre sus negocios y Don Juan Carlos. En este sentido, fue tajante el Duque en su afirmación, aunque ésta le perjudicara: «La Casa Real me exigió en 2006 que dejara mi actividad empresarial».
Un nuevo ‘fleco’.- Fue la sorpresa del día. El juez Castro sacó a la luz la existencia de una subpieza en el marco de las pesquisas sobre el Instituto Nóos, que se centra en el presunto cobro de 300.000 euros por parte de Urdangarín, a través de una estructura de sociedades interpuestas que, bajo el nombre de Global Corporate, estaba radicada en España, Nueva York y Wyoming.
El magistrado acordó levantar el secreto que pesaba desde enero sobre este fleco una vez han declarado la mayoría de imputados, con el objetivo de evitar la destrucción o alternación de documentos y pruebas así como la extracción de capitales de las cuentas de esta sociedad.
Varios de los documentos incluidos en estas diligencias apuntan a que el Duque, presuntamente, usó esta empresa como tapadera para cobrar esta cantidad. Global aparecía, dentro del sumario de la pieza 25 del caso Palma Arena.
