El Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, negó que en 2007 presionase al exdirector general de Deportes del Govern balear, José Luis Pepote Ballester, para que éste le abonase los 400.000 euros pendientes por el segundo foro sobre turismo y deporte que el Instituto Nóos organizó en la capital de esta región un año antes, en contra de la versión que ofreció el exalto cargo de Jaume Matas cuando fue interrogado por el instructor del caso Palma Arena. En la segunda sesión de su comparecencia como imputado, el marido de la Infanta Cristina también se desvinculó de la contratación de trabajadores fantasma con el objetivo de obtener beneficios fiscales, culpando de todo a su exsocio, Diego Torres.
Sin embargo, el Duque admitió que llamó varias veces a Pepote, pero no para exigirle el pago que quedaba pendiente, sino para mediar con Torres, con el objetivo de facilitar que el Ejecutivo balear pagase a la entidad, según informaron fuentes jurídicas.
A pesar de que el medallista olímpico aseguró que el yerno del Rey le llamó para reclamarle el dinero, a raíz de lo cual rompieron la amistad que mantenían desde el año 1985, Urdangarín manifestó que por su parte no había intención de acabar con esa amistad sino que, por el contrario, posteriormente intentó de nuevo retomar el contacto con Ballester sin obtener respuesta alguna.
Por su parte, Pepote afirmó que incluso Matas le dijo «déjalo estar y paga» para que abonase a Urdangarín las cantidades que éste exigía y que, tal y como justificó, no habían sido pagadas debido a que Nóos no había realizado todos los servicios comprometidos.
Es más, el encausado aseveró que había recibido la orden del expresidente balear de que «a todo lo que viniese de Urdangarín, le diese el visto bueno», una instrucción que recibía de Matas cada vez que el duque de Palma hacía una propuesta al gabinete autonómico.
Sobre el pago pendiente, explicó que nunca se negó a abonar «ningún resto» al esposo de la Infanta, si bien puntualizó que su pretensión era requerirle que terminara los trabajos pactados respecto al segundo foro.
Asimismo, el Duque se desvinculó de los pagos y facturas efectuados con motivo del segundo Illes Balears Forum, que costó a las arcas del Ejecutivo regional 1,1 millones de euros, parte de cuyo destino se desconoce, al insistir en que de estos aspectos así como del ámbito administrativo se encargaba Torres. En esta misma línea, negó pertenecer a la red de empresas creadas en torno a Nóos y a través de las cuales, presuntamente, se desviaron millones de fondos.
Sobre estos simposios -celebrados por 1,2 millones el primero y 1,1 millones el segundo-, el propio Torres aportó a la causa diversas facturas para justificar el destino que se dio a los fondos públicos. Sin embargo, lo que en realidad revelaron dichos documentos fue la falta de acuse de recibo sobre adónde fueron a parar las cantidades, así como el uso supuestamente fraudulento de numerosas facturas de servicios realizados. También se aportaron otras tantas sobre el Valencia Summit.
