Uno de los 52 casos sospechosos de estar afectados por el brote de legionella que azota estos días la Comunidad de Madrid permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en estado «grave», mientras que otras 20 personas están en planta, dos también en la UCI, aunque evolucionando favorablemente y 28 han sido dadas de alta, como desveló ayer la viceconsejera de Infraestructuras Sanitarias, Belén Prado.
Durante la presentación de la campaña de donación de sangre de este verano, Prado relató que se mantiene estable el número de enfermos sospechosos de estar afectados por esta bacteria (52), de los cuales 28 ya han sido dados de alta y 23 permanecen ingresados. De ellos, 20 están en planta; tres, en la UCI y uno de ellos está en estado «grave». Asimismo, la viceconsejera señaló que la cifra de casos confirmados es la misma que el pasado domingo (21).
Además, Prado indicó que, para los epidemiólogos y responsables de la Dirección de Ordenación e Inspección madrileña, todas las personas con cuadros sospechosos habrían comido en un restaurante, en el que ya se han «tomado las medidas oportunas» de seguridad.
Asimismo, relató que el pasado viernes se precintaron los aparatos o fuentes que los técnicos entendieron que tenían refrigeración evaporativa, un foco que puede ser la fuente de la legionella. De igual modo, Prado expuso que se han realizado 48 inspecciones y que se han tomado 27 muestras en total.