Una treintena de personas perdieron la vida ayer en varios atentados en Irak, dos de ellos contra las fuerzas de seguridad, mientras se debate en el país una posible permanencia de las tropas de Estados Unidos más allá de 2011.
Fuentes policiales precisaron que al menos 29 personas fallecieron en tres ataques ocurridos en Bagdad y en las provincias de Al Anbar y Babel, en el oeste y el sur del país, respectivamente.
El atentado más mortífero tuvo lugar en la base militar de Habaniya, 60 kilómetros al oeste de la capital, donde al menos 15 soldados iraquíes perecieron por la explosión de un artefacto en el autobús en el que viajaban. Una fuente de la Policía de Ramadi agregó que también hubo 20 uniformados heridos en ese ataque.
Asimismo, al menos 11 civiles murieron y otros 41 resultaron heridos por el estallido de un coche-bomba frente a un restaurante popular en la zona de Shumli, 60 kilómetros al este de Hila.
La explosión en el local, que al parecer frecuentaban las fuerzas de seguridad, causó daños materiales en vehículos, viviendas y varios comercios cercanos.
Entretanto, en Bagdad, tres policías perdieron la vida en un ataque contra un puesto de control.
Esta jornada de violencia irrumpió en el debate que se desarrolla en Irak sobre la posible permanencia de tropas estadounidenses en el país después de finales de 2011.
Según el pacto de seguridad firmado en diciembre de 2008 entre Washington y Bagdad, el Ejército estadounidense debería retirarse totalmente de territorio antes de fin de año. Sin embargo, el pasado 2 de agosto, el viceprimer ministro iraquí, Rouz Nuri Shauis, anunció un acuerdo para encargar al Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki el inicio de las conversaciones con EEUU para la permanencia de sus soldados tras ese plazo.
En la actualidad, hay desplegados en el país árabe 44.000 uniformados norteamericanos, que finalizaron su misión de combate en agosto de 2010.
