La exjefa del operativo policial municipal que se diseñó para cubrir la fiesta del Madrid Arena, Cándida Jiménez, aseguró ayer que el subinspector de la Policía Emilio Rodríguez Corral le dijo la noche previa a los hechos que tenía que “buscarse la vida” para montar “como sea” el dispositivo para dicho evento, dado que se les había “pasado” la orden de servicio que había sido remitida unos días antes.
Así lo manifestó en el juicio la entonces responsable de la Unidad de Policía Municipal de Moncloa-Aravaca, declaración que siguió a escasos metros y con atención el exjefe de la Policía de Madrid Emilio Monteagudo. El exmando policial responsabilizó del botellón a Jiménez al afirmar que priorizó su misión en el recinto en vez de denunciar lo que estaba sucediendo en los alrededores.
Sobre el botellón, insistió en que su misión conforme a los agentes de los que disponía —once policías y un cabo— era que la gente no se aglomerase en las entradas de las puertas al recinto y que, si veían a personas consumir bebidas alcohólicas a setenta metros, no podían desplazarse y dejar la puerta libre. Además, destacó que si hubiera visto algún problema hubiera pedido más refuerzos, pero “afuera no ocurrió absolutamente nada”.
En su relato, narró que la orden de servicio se recibió el 29 de octubre de 2012, un documento que vio el día después. “Entendí que era una equivocación porque nosotros no solíamos hacer ese tipo de servicios, lo hacía la Unidad de Medio Ambiente o las Unidades Centrales de Seguridad. Lo dejé en ‘stand by’. El día 31, llamé al subinspector Corral. Cuando hablé con él, me dijo que se les había pasado. No fueron estas palabras, pero se les pasó”, señaló.
En cuanto al servicio, explicó que tuvo que quitar tres patrullas de barrio del distrito. “Lo monté con el servicio de la tarde. A partir de las once, hubo tres patrullas de botellón. Once agentes y un cabo”, precisó, para indicar seguidamente que se habrían necesitado al menos dieciocho agentes, añadiendo que ni siquiera se cumplía el nivel medio del operativo.
La defensa del exjefe de la Policía Municipal de Madrid Emilio Monteagudo, pidió que se dedujese testimonio a Candida Jiménez por presuntamente mentir en lo relativo a que no tenía capacidad de mandar a los antidisturbios al evento y responsabilizar en gran medida a su cliente.
La presidenta de la Sala le replicó que no era el momento oportuno para deducir testimonio, pidiéndole que lo denunciara en otra ocasión.
El Samur
Uno de los responsables del Samur en la fiesta del Madrid Arena, Ervigio Corral, aseguró que “nadie en absoluto” les pidió que abordasen el riesgo que existía en la celebración de la trágica fiesta de Halloween, ya que ni siquiera conocían que se iba a celebrar.
“Nadie nos informó. No lo podíamos cubrir ni no cubrir. No lo conocíamos”, aseveró el técnico sanitario. Su declaración fue en la misma línea de lo manifestado por Alfonso del Álamo, entonces director del Samur-Protección Civil, quien afirmó que el Ayuntamiento de Madrid no comunicó oficialmente que se iba a celebrar la fiesta.
Así, relató que el sanitario Antonio San Juan —que declaró el día anterior— acudió, tras ser alertado, junto a una psicóloga y otras tres personas. Se encontraron a tres chicas en parada cardiorrespiratoria, estando una de ellas sobre una camilla. Justamente, este sanitario manifestó en el juicio que la asistencia que estaban prestando era bastante precaria, asegurando que el doctor Simón Viñals dijo al Samur que había estado “toda la noche atendiendo a borrachos”.
