Las subidas a los míticos Mont Ventoux y Alpe d’Huez, tres cronos, una de ellas por equipos, o un final nocturno en los Campos Elíseos serán algunos de los grandes atractivos que marcarán la edición centenaria del Tour de Francia, que dará comienzo hoy en Córcega y que concluirá el 21 de julio.
Un recorrido para escaladores, con cuatro llegadas en alto, dos de ellas de mucho nivel como las del Mont Ventoux y Alpe d’Huez, aderezadas por tres etapas contrarreloj que parece que tendrán menor impacto. Una de ellas, la primera, será por equipos, por lo que minimiza las pérdidas de los no expertos si cuentan con buenos compañeros. Las otras dos no superarán los 33 kilómetros, con la última perdiendo su habitual lugar preferencial en el penúltimo día, lo que la convertía en decisiva, para pasar a cinco días antes.
La ‘Grande Boucle’ arrancará a lo grande, saliendo, por vez primera desde la isla de Córcega, donde se disputarán tres etapas no aptas para los despistes antes de regresar al continente. La primera semana estará marcada por las jornadas más favorables para los velocistas y, como es norma, en esta ocasión, los Pirineos estarán situados en primer lugar, con la primera llegada en alto, a Aix-3 Domaines, de primera categoría, y con el Col de Pailhères justo antes.
Al día siguiente, una jornada con muchos puertos (Portet d’Aspet, Menté, Peyresourde, Val Louron-Azet y Hourquette d’Anciza), y, tras el descanso, un crono de algo más de 30 kilómetros con final en Mont Saint Michael, que es Patrimonio de la Humanidad. Tras unas etapas de transición, el final en la etapa 15 en el mítico Mont Ventoux, casi 21 kilómetros de ascensión al 7,5 de pendiente media, será el pistoletazo de salida para la decisiva tercera semana.
Antes, los corredores disfrutarán del segundo día de descanso, y luego afrontarán, en la decimoséptima jornada, la tercera y última contrarreloj, de 32 kilómetros y con un perfil escarpado y técnico, lo que puede reducir diferencias entre los especialistas y los escaladores. Al día siguiente, se celebrará, sin duda, la etapa de mayor atractivo, con el final en las 21 curvas de Alpe d’Huez, cima de renombre que retorna al Tour y que, como gran novedad, se ascenderá en dos ocasiones.
Esta jornada será el inicio de un frenético final, con otras dos llegadas montañosas, en Le Grand Bornand, que no acaba en alto pero cuenta con la presencia del Glandon y la Madeleine, de categoría especial, pero situados al principio de la etapa, y en Annecy-Semnoz, un puerto de primera categoría con un desnivel medio de un 8,5 que, como curiosidad, se estrena porque, en su primera aparición, en 1998, no pudo disfrutar del pelotón tras el paro provocado por el ‘caso Festina’ que suspendió la jornada. El campeón se coronará al anochecer en los Campos Elíseos, último gran atractivo del recorrido.
Su gran objetivo
En la previa del arranque, el español Alberto Contador declaró que su objetivo principal esta temporada es el Tour. «Voy a hacer todo lo que pueda, me estoy sacrificando al máximo para conseguirlo», aseguró el corredor de Pinto.
Mientras tanto, su compatriota Alejandro Valverde afirmó que está estar preparado para obtener un buen resultado y no descartó el podio. «Este año venimos con ideas claras y la ambición de estar luchando por el podio en París, o incluso si se puede, aspirar al amarillo. Ya llevamos muchas alegrías y tristezas. En los últimos años hemos estado más o menos bien, pero podemos aspirar a algo más».
