Una roca cayó en la mañana de ayer al interior de un pequeño patio interior del santuario de La Fuencisla, suceso que tuvo lugar coincidiendo con el momento en el que se estaba procediendo a la colocación de la patrona de Segovia en su trono. Según indicó el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Segovia, Miguel Ángel Barbado, el desprendimiento provocó “un gran ruido”, por lo que los presentes en el templo se apresuraron en indagar de dónde procedía, descubriendo que el estruendo había sido originado por la roca, destrozada por el impacto con el suelo en el mencionado patio interior, muy cercano a la sacristía.
De acuerdo a las explicaciones facilitadas por Barbado, el peñasco, cuyo peso no se atrevió a cuantificar, debió caer de una altura “de tres o cuatro metros”. A juicio del delegado de Patrimonio, la existencia de una higuera que ha ido socavando el roquedo en ese punto y las lluvias de los últimos días “debieron de facilitar el desprendimiento de la roca”.
Barbado agregó que la caída de la roca se produjo en un lugar “que no es transitado”, por lo que habería sido una fatalidad si hubiera causado desgracias personales. “Entiendo que ha sido un hecho puntual, al que no doy demasiada importancia, pues es sabido que este tipo de roca es propensa a estos desprendimientos”, concluyó.
En efecto, la de ayer no es el primer desplome de este año. De hecho, el pasado mes de agosto una piedra de unos diez kilos de peso cayó junto a la fuente colindante al santuario. En ese caso, los bomberos de Segovia se vieron después obligados al saneamiento de parte del roquedo de esa zona. Dado que dicho derrumbe se produjo, presumiblemente, por el empuje de un árbol ubicado junto a la casa de la patrona de Segovia, los bomberos retiraron las raíces, así como otras ramas y arbustos susceptibles de crear problemas similares.
Como se recordará, los desprendimientos de roquedo en esa zona son habituales. El más grave se produjo en abril de 2005, cuando cientos de kilos de rocas cayeron sobre el santuario y destrozaron parte del edificio anejo a la iglesia, además de herir a tres monjas que ocupaban el inmueble. Diferentes geólogos han calificado la zona de La Fuencisla de “especial riesgo” para desprendimientos.
