La tranquilidad que ayer por la mañana reinaba en la zona de La Restinga, en el municipio herreño de El Pinar, se convirtió, en solo unas horas, en alarma ante la posibilidad de que se produzca una nueva erupción volcánica en las cercanías de este pueblo pesquero, que fue desalojado como medida preventiva.
Pasado el mediodía, las autoridades de El Hierro decidieron elevar a rojo el semáforo de riesgo, después de que en la madrugada del lunes se detectara la primera erupción a cinco kilómetros de la costa y a unos 1000 metros de profundidad en el Mar de Las Calmas.
La población no se enteró de ese primer aviso y fueron los expertos los que advirtieron del suceso que, al parecer, se ha intensificado en las últimas horas, lo que hace predecir otra salida de magma, esta vez más cerca de la costa.
Por ello, los habitantes de La Restinga recibieron con sorpresa la orden de desalojo preventivo pero en poco más de cuatro horas, el pueblo, en el que viven medio millar de habitantes, se quedó completamente vacío.
La mayoría de los desalojados se fueron a casas de familiares o a otros domicilios que poseen en El Pinar y solo unas 60 personas tuvieron que ser reubicadas en la residencia de estudiantes de Valverde, según manifestó el alcalde de este municipio.
El regidor, Juan Padrón, destacó que el desalojo fue ejemplar y muy pocos vecinos se resintieron a abandonar sus domicilios.
El director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santana, explicó que la alerta roja solo es para La Restinga y prefirió hablar de «traslado preventivo» antes que de evacuación porque, según añadió, la situación «puede cambiar con el curso de las horas».
Mientras, los equipos del Instituto Geográfico Nacional y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desplazados en la isla detectaron señales que indican que podría producirse una nueva erupción en aguas más superficiales y cercanas a la costa, donde la irrupción del magma podría provocar explosiones.
«¿Dónde va a ser exactamente? Todavía no sabemos. Pero cercana a la costa y con menor profundidad», apuntó Santana.
Por su parte, el presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, insistió en que se traslada a la población para garantizar su seguridad. «Se desconoce cuándo saldrá, dónde y la virulencia, y por ello es necesario asegurar que las personas estén a salvo», añadió el dirigente político.
Por otro lado, la delegada del Gobierno en Canarias, Dominica Fernández afirmó que desde el inicio de la crisis volcánica, el Ejecutivo central ha movilizado sus recursos personales y materiales con el fin de colaborar en todo lo necesario con el Cabildo regional.
Desde Madrid, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, siguió la evolución de los acontecimientos informado por teléfono por el jefe del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, y por un grupo de expertos reunido con carácter extraordinario en La Moncloa.
Inadvertidas, pero muy frecuentes.- Las erupciones submarinas, como la ocurrida en El Hierro, son más habituales que las que suceden en la superficie, pero apenas se suelen hacer visibles para la población. Las erupciones submarinas, como la ocurrida en las proximidades de la isla de El Hierro, se producen por fisuras en la superficie terrestre que se encuentra bajo el nivel del mar, pasan inadvertidas y son más frecuentes que las de los volcanes que emiten tierras emergentes, algunos de los cuales tuvieron su origen en el mar.
El suceso de la isla canaria es el primero que tiene lugar en España desde 1971, cuando explosionó el Teneguía. Sin embargo, en esta ocasión tiene lugar en el fondo del mar. Los volcanes submarinos suelen pasar desapercibidos, ya que la elevada presión del agua detiene las proyecciones y disuelve los gases, por lo que los signos de erupción no son visibles en la superficie del mar.
Por su relevancia y características, los cráteres submarinos más explosivos se han observado en Tonga, islas Marianas, Islandia, California, Hawai e Italia.
El localizado en Tonga, en el archipiélago del Pacífico Sur, entró en erupción el 17 de marzo de 2009, a unos 10 kilómetros al suroeste de la isla principal de Tongatapu. La erupción, que tuvo su origen en un fuerte maremoto, fue visible sobre la superficie del mar.
El volcán NW Rota-1, en las islas Marianas (EEUU), ha sido hasta ahora el único lugar del planeta donde se ha observado directamente una erupción ocurrida en las profundidades del mar. Las primeras explosiones se detectaron en 2004 y de nuevo se repitieron en 2006.
El cráter submarino Eldfell, en la isla islandesa de Heimaey, entró en erupción el 23 de enero de 1973 y provocó la evacuación de los 5.000 habitantes de la ciudad de Heimaey, antes de quedar sepultada por la lava.
En Europa, el Monte Marsili, en Italia, considerado hermano del Etna pero bajo el agua, se eleva en el mar Tirreno y según los científicos puede activarse en cualquier momento.
