Los grafiti son, sin lugar a dudas, una de las plagas que asolan las ciudades contemporáneas. Realizados la inmensa mayoría de ellos por la noche, los ayuntamientos se sienten “impotentes” para erradicar una lacra que afea las calles, dañando en no pocos casos monumentos de gran valor artístico.
“No conozco ningún método para evitar las pintadas; si alguno lo conociera agradecería que nos lo dijera”, señala la concejala de Medio Ambiente de Segovia, Paloma Maroto, resignada a ver a los operarios de FCC interviniendo cuando el grafiti es ya un hecho consumado.
A pesar de que la Policía Local tiene órdenes expresas de denunciar a los autores de las pintadas, lo cierto es que resulta complicado pillar a alguien “con las manos en la masa”. De hecho, en la Subdelegación del Gobierno no hay constancia de que la Policía Nacional haya detenido a nadie en los últimos años por este motivo.
En 2009, el Ayuntamiento de Segovia eliminó de las calles un total de 352 grafitis, a una media de 29,3 al mes. Dos operarios de FCC se encargan, todos los viernes, de realizar esta tarea, para la que cuentan con un furgón equipado. Este equipo no se dedica solo un día a la semana a esta función. Si aparece un grafiti “ofensivo”, se actúa con mayor rapidez, procediéndose a su eliminación en un plazo de 24 horas.
Para los dos operarios, el objetivo principal es la limpieza de los grafiti realizados en muros, teniendo en cuenta tanto el material de la fachada afectada como los elementos químicos de que se componen las pintadas. En la medida de lo posible, emplean productos poco abrasivos que no dañen las fachadas. “Se pone especial cuidado en limpieza de las paredes o fachadas que forman parte del patrimonio artístico de la ciudad de Segovia”, subraya Maroto.
A pesar de esta labor de limpieza, los grafiti no solo no han desaparecido en Segovia, sino que algunos indicadores dan a entender que su número va in crescendo. En enero de 2009 se procedió a la limpieza de 26 pintadas. Un año después, en enero de 2010, la cifra ha subido de forma notable, hasta 41.
Maroto no cree que la plaga de los grafiti afecte más a Segovia que a otras ciudades de su entorno. “Este tipo de hábitos se repite en todas las ciudades, y Segovia se encuentra en un nivel medio”, dice. Además, advierte que además de los ‘grafiteros’ autóctonos hay otros que llegados de fuera, que actúan y se marchan después.
La “broma” de los grafiti resulta cara. En 2009, el Ayuntamiento pagó a FCC un total de 18.828 euros por la eliminación de pintadas. Y eso que esta tarea no la realiza en exclusiva el municipio. Muchos particulares afectados —sobre todo cuando la superficie dañada es delicada— prefieren realizar ellos mismos la limpieza, sin recurrir al Ayuntamiento.
Métodos para eliminar pintadas
El equipo de FCC encargado de la limpieza de las pintadas utiliza varias técnicas para realizar su trabajo, en función de cada caso: retirada de grafiti con equipo de hidroarenado, retirada de las pintadas con productos decapantes y cubrimiento de fachadas con pintura.
Con respecto a la primera de dichas técnicas, la del hidroarenado, se utiliza en aquellos casos en los que las pintadas han sido absorbidas por el material del muro, resultando imposible su retirada con producto decapante. En este caso es preciso realizar un chorreado de arena a baja presión que desgasta una ligera película de piedra prácticamente imperceptible, dejando la fachada limpia de rastros de pintura. Este sistema se considera “poco agresivo” para el muro donde se utiliza, ya que el chorro de sílice penetra en el poro de la superficie a tratar, consiguiendo despegar fácilmente la pintura sin apenas dañar el material de la fachada. En edificios de especial interés artístico se recurre con harta frecuencia a este sistema.
Si las superficies a limpiar son de mármol, baldosa, cristal, o de cualquier material donde no pueda emplearse el hidroarenado, se emplearán productos decapantes no agresivos para las superficies ni el medio ambiente.
Ambas técnicas exigen gran calidad en el trabajo, en atención a su impacto visual. Sin embargo, el importante tiempo empleado haría inviable su aplicación en todas las fachadas de la ciudad, resultando muy poco rentable para la agilidad del servicio. Es por ello que en muros abandonados, solares, paredes de locales sin uso, o simplemente fachadas cuyo aspecto exterior es un pintado monócromo, no merece la pena el uso de estos sistemas. Es estos casos, se usa una pintura especialmente definida para su uso en exteriores que, hábilmente combinada con colores inocuos, recubre las pintadas de manera homogénea y discreta, manteniendo en su mayor grado posible el color original de la fachada.
Al margen de estos tratamientos, los expertos en grafiti recomiendan, en las paredes limpias, la aplicación de productos capaces de crear una película de barniz que evite que la pintura penetre en la piedra.
Problema general
El problema de los grafitis no es exclusivo de Segovia. Cada ciudad ha intentado, con mayor o menor fortuna, buscar alguna solución al asunto.
El Ayuntamiento de Burgos, por citar un caso, ha solicitado en la Junta de Seguridad Local, el endurecimiento de las medidas contra los ‘grafiteros’, después de un repunte de sus acciones.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado una ordenanza que establece la prohibición de realizar grafiti con cualquier material sobre elementos del espacio público. Las sanciones irían de 0 a 1.500 euros, según la gravedad de la infracción.
Por su parte, Badalona multa a los ‘grafiteros’ con sanciones que pueden alcanzar los 900 euros. En esta localidad, eliminar todas las pintadas costaría 5,5 millones de euros.