En el marco de la conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, el Museo de Segovia ha elegido para la actividad ‘pieza desconocida del Museo’ en los meses de marzo y abril la pintura ‘El éxtasis de Santa Teresa en la Cueva de Santo Domingo de Guzmán’, obra de principios del siglo XVII y de autor anónimo que durante estos dos meses disfrutará de un lugar destacado en las salas del centro.
La escena representa, en primer término y arrodillada ante el altar, a Santa Teresa con los brazos extendidos y la mirada perdida. A su izquierda, Santo Domingo en pie; a la derecha de la santa, la aparición de Cristo; y cerrando la composición por ese lado, arrodillados, los frailes carmelitas que acompañaron a la santa en su visita a la Cueva. En la mitad superior del cuadro, y como fondo de la escena, aparece un retablo de de un solo cuerpo y cinco calles, en cuyo centro puede reconocerse claramente la tabla del Crucificado atribuida a Pedro Berruguete y hallada en 1965 en un desván del convento de Santa Cruz, en Segovia.
La pintura escogida fue mencionada en 1752 por fray Juan de Navamuel, exprior del convento de Santa Cruz, en un libro que recoge los prodigios y maravillas ocurridos a lo largo de los siglos en la Cueva de Santo Domingo. A propósito de la narración del rapto de la santa abulense en este lugar, Navamuel alude a la existencia en el convento de “un gran lienzo” que narra “esta visita de los Cielos, o del Cielo a la Cueva”.
Historia
El tema representado es el éxtasis de Santa Teresa en la Cueva, un lugar de la mayor veneración dentro del convento por conmemorar el espacio donde se mortificó el patriarca durante su estancia en la ciudad en 1218 con motivo de su fundación. Transformado en capilla, este espacio quedó incorporado como cripta al primitivo convento.
Según los biógrafos de Santa Teresa, la reformadora carmelita, que vino a Segovia a fundar un convento, visitó la cueva el 30 de septiembre de 1574. Entrando en ella, se postró ante el altar y permaneció largamente en éxtasis, apareciéndosele Santo Domingo a la izquierda y Jesucristo a la derecha. Cuando volvió en sí reveló a fray Diego Yanguas, su confesor en Segovia y prior de Santa Cruz, que se le había aparecido Santo Domingo para narrarle los tormentos padecidos en aquel lugar, al tiempo que le dio su palabra de ayudarle en todas sus fundaciones.
Con motivo de la exposición Pedro Berruguete en Segovia celebrada el pasado año, este cuadro del éxtasis de Santa Teresa en la Cueva se trasladó desde el antiguo convento de Santa Cruz al Museo de Segovia, donde fue expuesto como testimonio gráfico del primitivo retablo de Berruguete junto con su única tabla conservada: el Crucificado. Con este motivo se procedió a la limpieza de este enorme lienzo y a la consolidación de su capa pictórica, permaneciendo desde entonces en el museo como depósito de la Diputación de Segovia.
