El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, logró ayer una importante victoria parlamentaria al conseguir que la Cámara aceptara a 18 de sus 21 ministros propuestos, incluidas todas las carteras importantes, una de ellas, la de la Sanidad, liderada por primera vez en la Historia por una mujer.
Desde que hace 11 días presentó su controvertido Gabinete, se especulaba con la posibilidad de que alrededor de una tercera parte de los aspirantes serían rechazados. Pero los pronósticos fallaron y, a pesar de las críticas y a la resistencia de algunos de los diputados, Ahmadineyad pudo colocar en lugares claves del Ejecutivo a un puñado de sus más estrechos colaboradores.
Solo Masud Mirkazemi, candidato a la cartera de Petróleo, aprobó por apurado margen. El resto, menos el aspirante a Energía, Ali Abadi, que fue rechazado, lograron la ratificación con holgura. La economía de Irán, tercer país más rico del mundo en reservas probadas de petróleo y gas, depende casi en exclusiva de la explotación y exportación de esta materia prima. Sin embargo, su industria de refinado es muy débil, hecho que también le hace dependiente de la importación de combustible y otros productos manufacturados.
Ahmadineyad subrayó esta semana que Mirkazemi tendrá la titánica misión de reorientar este área, con el objetivo final de llegar a la autosuficiencia.
El nuevo ministro, al que muchos diputados le achacaban su inexperiencia en el sector, ganó el despacho con un estrecho margen de solo cuatro votos.
El dirigente iraní también consiguió ayer que su segundo mandato vaya a pasar a la Historia como el primero en el que habrá una mujer ministro desde que hace 30 años triunfara la Revolución Islámica que derrocó a la dinastía Pahlevi.
Un total de 175 diputados dieron un amplio respaldo a Marzieh Vahid Dastjerdi, una ginecóloga de 56 años que se pondrá al frente del la cartera de Sanidad. No obstante, la prensa recordó que, en el pasado, Dastjerdi se declaró partidaria de que las mujeres solo sean atendidas por doctoras.
Sin embargo, la Cámara rechazó, también por amplia mayoría, a las otras dos féminas que aspiraban a entrar en el Gobierno, la diputada Fatemeh Arjolu, candidata a Bienestar Social, y Suzanne Kashravaz, que optaba a Educación.
Pese a los pronósticos, Ahmadineyad consiguió, igualmente por amplio margen, la aprobación del nuevo titular de Educación Superior, Investigación y Tecnología, Kamram Daneshju, otro de los aspirantes que habían despertado apasionados debates en la Cámara. Muchos parlamentarios dudaban de la veracidad del historial académico de Daneshju, quien ejerció como jefe del Comité Electoral Nacional durante las polémicas elecciones presidenciales del pasado 12 de junio, que la oposición ha denunciado como fraudulentas. De la misma manera, lograron la confianza el ministro del Interior, Mustafa Mohamad Nayar, y su colega de Inteligencia y Servicios Secretos, Haidar Moslehi, dos de los puestos claves ahora copados por estrechos colaboradores del presidente.
Nayar dirigió la cartera de Defensa durante la anterior legislatura, mientras que Moslehi era el representante del líder supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jamenei, ante la organización de voluntarios islámicos Basij.
Pero quien mayor apoyo obtuvo fue el nuevo ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, a quien Israel y Argentina acusan de ser uno de los autores intelectuales del atentado que en 1994 segó la vida de 86 personas en el centro cultural judío de Buenos Aires.
Cuando los parlamentarios escucharon que había conseguido 227 de los 286 votos, prorrumpieron en gritos de Muerte a Israel y Dios es el más grande.
También con un agran respaldo se ganó la cartera el jefe de la diplomacia iraní, Manoucher Motakki, uno de los pocos que repite en el puesto. Pese a que el Gabinete no está aún completo, está previsto que celebre su primer consejo de ministros en los próximos días.
