Con el aspecto mucho más relajado que hace meses porque, según comentó en broma, ya no lleva el peso del Estado sobre sus hombros, la exvicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recibió ayer en el restaurante Venta Magullo un emocionado homenaje de los socialistas segovianos.
texto segundo parrafo»Estoy feliz, agradecida, emocionada, orgullosa y confiada de seguir compartiendo amistad, afecto y pasión por la tierra de Zambrano, Machado, San Juan de la Cruz, por la tierra de la tolerancia y de la paz a la que se refería Andrés Laguna en uno de sus primeros discursos sobre Europa» .
Con estas palabras, Fernández de la Vega cerraba con lágrimas en los ojos un almuerzo que convocó en la capital a cerca de 300 socialistas segovianos, provincia por la que fue diputada, entre 2000 y 2004, y en la que permanecerá porque ha fijado en ella su segunda residencia donde se retira a descansar.
El homenaje lo encabezaron el secretario general del PSOE de Castilla y León, Óscar López, y el de Segovia, Juan Luis Gordo, así como el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, entre otros dirigentes locales.
Sin embargo se desbordaron todas las previsiones y quien fuera la primera mujer que presidió en España un Consejo de Ministros fue saludando uno a uno a todos los comensales que guardaron rigurosa fila, al finalizar el almuerzo, para hacerle regalos y compartir recuerdos, abrazos, besos y fotos.
Fernández de la Vega destacó la etapa en la que compartió un espacio común con los segovianos y la militancia socialista, «trabajando duro» por un mundo más solidario y luchando por la igualdad.
En su intervención, quiso reconocer y a la vez contagiar a sus compañeros de partido un triple sentimiento de orgullo, por el trabajo realizado, anteponiendo el interés general; emoción «porque me emociona la gente honesta, honrada y trabajadora», y confianza.
En este punto fue donde desarrolló su intervención más política la actual miembro del Consejo de Estado, para manifestar «que hay que tener confianza en España, porque contamos con muchos elementos para salir adelante».
Conocedora de las dificultades, Fernández de la Vega insistió en transmitir un clima de confianza, «con la verdad por delante, pero con la convicción de que estamos haciendo lo que hay que hacer y que lo vamos a conseguir».
Asimismo pidió a sus compañeros que estén «con la gente que lo pasa mal» , para señalar que los únicos beneficios que justifican la acción política son la libertad y la igualdad, la base del proyecto socialdemócrata.
Además abogó porque se recupere el sentido común y la sensatez aunque ha reconocido que no ayuda, a su juicio, «la crispación y la demagogia del debate partidista de la oposición, creando miedo e incertidumbre y provocando rechazos».
Antes de su intervención, De la Vega escuchó los elogios de sus compañeros, como el alcalde que ha considerado el acto como «un pequeño homenaje para una gran mujer» o las loas a su capacidad de trabajo que lanzó Óscar López, asegurando que dedicaba más de 18 horas al día
