La Junta e Iberaval habilitarán una línea de préstamos blandos de hasta 150.000 euros para los afectados por las inundaciones registradas en la Comunidad en los últimos días, según anunció ayer el consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, tras reunirse en Burgos con el presidente de la Diputación provincial, César Rico, para conocer el alcance de los desbordamientos.
El objetivo de esta línea de financiación es, según Villanueva, que los empresarios afectados puedan reanudar su actividad económica lo antes posible. Para ello, los préstamos estarán a disposición de los afectados de manera “inmediata” y con unas condiciones “preferentes”, que pasan por un periodo de carencia de dos años y cinco años de amortización al Euribor más el 0,75%.
En la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, una de las más afectadas por las crecidas, se habilitará un mostrador para los afectados desde mañana con el objetivo de que puedan interesarse por la solicitud de estos préstamos, que se resolverán en cinco días.
Dicha financiación se complementará con las ayudas que, en su caso, ponga a disposición de los afectados por las inundaciones la Diputación de Burgos, una vez que se conozcan las primeras valoraciones de desperfectos.
En este sentido, el presidente de la institución provincial señaló que la provincia inicia una “semana vital” para cuantificar los desperfectos y confió en que la climatología dé una tregua para evitar que la situación se complique.
Rico, quien agradeció a trabajadores y voluntarios sus esfuerzos en las últimas horas para devolver la normalidad a las zonas afectadas por las riadas, explicó que será la Sociedad para el Desarrollo de la Provincia de Burgos (Sodebur) la encargada de identificar y cuantificar los daños con los empresarios, mientras que la Comisión de Bienestar Social abordará las cuestiones de cooperación personal.
Asimismo, informó de que en las próximas horas se trabajará para garantizar el suministro de agua potable mediante camiones cisterna en las localidades que así lo requieran y se estudiarán los daños que las inundaciones hayan provocado en carreteras y caminos agrarios para analizar cómo solucionar los desperfectos.
Aunque la situación es mucho mejor y el temporal parece que empieza a remitir, la nieve y el deshielo no dan tregua en Castilla y León. Así, la Delegación del Gobierno en la región activo ayer la fase de alerta por nevadas en todas las provincias de la Comunidad, salvo Valladolid, para hoy.
En Zamora, Palencia y León podrían acumularse más de diez centímetros de nieve, mientras que en Burgos continúan vigilando los caudales de los ríos por el deshielo.
Ambas incidencias climatológicas provocaron ayer numerosos problemas en las carreteras regionales y obligaron a cortar el tráfico en 22 carreteras y al uso de cadenas en otros 33 tramos. Además, dejaron sin clase a 1.787 escolares de Ávila, Burgos, León, Segovia y Zamora.
En concreto, tuvieron que cortarse al tráfico por inundación la BU-530 en Trespaderne y la BU-570 en Frías, ambas en Burgos, mientras que las placas de hielo mantienen intransitable la CP-003 en Candelario (Salamanca).
Por su parte, están cortados por nieve los altos de Besande (LE-233), Tarna (LE-333) y la CL-635 en Burón, CL-626 en Rioscuro, LE-495 en Piedrafita de Babia, LE-481 en Villafeliz de Babia, LE-473 en La Pola de Gordón, LE-491 en San Emiliano, LE-321 en Vecilla de Curueño, LE-234 en Puente Almuhey, LE-142 en Astorga, y LE-615 en Robles de la Valcueva, todos ellos en León.
Del mismo modo, en Burgos la nieve mantiene cortados al tráfico los puertos de Alto del Buitre (CL-633), La Mazorra (CL-629), Lunada (BU-572), La Sía (BU-571) y Estacas de Trueba (BU-570), además de la BU-504 en Zangandez.
Además, en la provincia de Zamora está cortada por una nevada la ZA-103 en Galende y las máquinas quitanieves tuvieron que trabajar ayer intensamente en la comarca de Sanabria.
Por su parte, el Ayuntamiento de León empleó 62.400 kilos de sal y 1.575 de otros fundentes para permitir el paso de los coches.
