Con motivo de la conmemoración del Día Mundial sin Alcohol, la Plaza del Azoguejo acogió ayer una mesa informativa para hacer hincapié en los riesgos que tiene el consumo de alcohol, y para recordar a quien padece alguna enfermedad relacionada con esta sustancia, que existen personas y colectivos dipuestos a ayudar.
Por ello, desde la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Segovia (Arseg) sus voluntarios se sumaron a esta iniciativa que nació hace años en la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde se decidió elegir el 15 de noviembre como el día sin alcohol. Su propósito es concienciar a la población de los riesgos que conlleva el consumo abusivo de esta sustancia.
El alcohol desde su posición de privilegio como sustancia psicotrópica no solo legal, sino además socializada, ocupa el primer puesto en los consumos de los españoles mayores de 14 años; un 49% reconoce su uso en el último mes, mientras que un 15% admite su consumo diario.A las 11 años un 3’5% ya ha probado bebidas alcohólicas.
De acuerdo con las principales estadísticas españolas, 1.700.000 personas reconocen que consumen abusivamente o con exceso de alcohol los fines de semana. Además el 10% de las muertes que se registran al año en España son causadas por el alcohol. Igualmente el 35% de los accidentes laborales está presente el alcohol.
Ha aumentado el consumo de alcohol en mujeres; mujeres de entre 15 y 18 años tienen mayor consumo de alcohol y los varones a partir de los 18 años. El 50% de los accidentes de tráfico está presente el alcohol. Entre el 40 y el 80% de los fallecidos en accidentes de circulación habían consumido bebidas alcohólicas. Este consumo está afectando en gran medida a los adolescentes, que comienzan tempranamente a consumir bebidas alcohólicas los fines de semana. Todos estos datos ponen de manifiesto las consecuencias reales que el consumo abusivo de alcohol está provocando en nuestro país, y de una forma más alarmante en nuestros jóvenes.
El alcohol se mantiene como principal causa de mortalidad en el mundo, con la cirrosis hepática y los accidentes de tráfico como su principal origen. El alcohol se sitúa por encima del resto de drogas en demandas de tratamiento. La situación económica de las familias y el desempleo, está convirtiendo el consumo de alcohol, entre otras sustancias, en instrumento para paliar las situaciones de desesperación, con consecuencia tremendamente negativas, tanto para el que lo consume, como para los familiares de esta.