La corrida de toros, segundo festejo de feria, conformó un espectáculo taurino desigual de conceptos y resultados. Hubo torería, toros de desigual juego, faenas también desiguales, voluntades manifiestas, deseos loable de éxito y al final, triunfo señalado de Morenito de Aranda que desgranó un toreo especial, lúcio de emblemático en el toreo de muleta con momentos exultantes de emotividad y señorío torero.
MORENITO DE ARANDA Si señor; excelente el cupo de verónicas con media entre olés. Flámula despelegada, adelantada y trazando hermosos muletazos de suave compás y temple. Toreo en redondo de mucha calidad. Engancha el pase siguiente ligando con quietud y componiendo la figura sin exageraciones. Al natural más corto el recorrido. Toro noble, pastueño que bajo el testud milita en la embestida de suma boyantía que permite el atorero actuar en son artista.Fue una loable, firme y lograda faena de sensibilidad y buen gusto, coreada por el público. Toreo de mano baja, rectilíneo o curvo el muletazos, según la confluencia. Manoletinas y gran estocada para dos merecidas orejas.
Con el cuarto toro del encierro, un cuajadote negro meano, magníficos lances y revolera. Imprime torería cargando la suerte en pases de menor ligazón pero llevados a cabo con técnica y arrogancia, valor y prestancia. Segunda serie de extraordinaria exposición pictórica en dos concretos muletazos de antológica ejecución. Olés y más olés maracando las pausas y los conceptos.
Torero cuajado, sensible, entregado y valiente. ¡ Qué barabaridad!. ¿ Todo eso?. Pues si, aunque magnifique los adjetivos ponderativos, si que fueron excelsos de veras los momentos de torería del burgalé. Trinchera, desplante y mal con la espada. Dio la vuelta al ruedo con el aplauso del público.
JAVIER HERRERO Pechó con un mal lote que le inhabilitó en los momentos precisos. Su primer ejemplar embiste descompuesto y dificulta tnto la posición como el entramado. Dos lances de irregular ejecución. Valiente, decidido y dispuesto, pero la corta embestida del astado obliga al torero a un toreo de cercanías que no culmina en ortodoxo, aunque sí en meritorio. Por el pitón izquierdo se colaba de manera pepligrosa. Valor ye técnica mostró el diestro cuellarano, dando sensación de mucho mejor cuajo que en tiempos pretéritos. Hay que valorar la labor de Javier Herrero por su entrega y momentos de buen hacer. A final de faena ligó tres preciosos muletazos con largo y logrado pectoral.
Al paradote y blando quinto toro de la tarde, lances de desigual componenda. Con sólida decisión salió a torear con la muleta de manera valiente y con el engaño en el testud del burel. Tandas que no ligan del toro, pases de mérito, el público valorando lo que hacía el torero y fuertes olés para Javi. Se tumba el toro, se levanta, se vuelve a echar y poco juego para el lucimiento del torero. Cumplió una vuelta al ruedo.
VICTOR BARRIO Se fue de vacío en parte por el juego de los toros de su lote, en parte por el fallo a espadas y en parte por algunos momentos de incomprensible comportamiento técnico. Es mi parecer, mi opinión y así lo reflejo.
Larga de hinojos para saludar a su primer oponente. Luego un buen lances y media verónica. Toreo inicial por el pitón derecho con lenta parsimonia, estética y medición. Hechuras toreras del de Grajera. Gusto y estética pero sin ligar del todo. Por el lado izquierdo incierta embestida. Retorno al otro pitón y baja la mano obtiene resultado en forma de bonitos muletazos que se corean. Muy templado, virtud esencial en esas dos tandas. Faena con momentos cumbres y otros de frustados intentos. Mal con el acero.
Al que cerraba plaza, apenas esbozo con el capote. Doblones muy toreros y por el pitón derecho muletazos con buen criterio y buen toreo en redondo. Se confió, fue a mejor y enlazó sentimiento, estética, gusto y torería, aunque la faena tuviera más de estética que de eficacia. Dos buenos naturales y sin cruzarse tres derechazos a la suma muleteril. Cuando provisto de la espada de verdad, todo apuntaba a la ejecución de la suerte suprema, llegó el momento mágico de Victor Barrio. Dos tandas, una de tres y la otra de dos naturales de bella ejecución con el torero erguido, mayestático y artista. Que pena que fallara de nuevo con la espada.