Coincidiendo con la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, el instituto armado organizó la duodécima edición de su Cross, que se ha convertido en una cita obligada para los atletas populares, que en buen número se acercaron hasta el cuartel, en cuyo patio se estableció la salida y la meta de la prueba.
Si bien en ediciones anteriores la climatología no favoreció a los participantes, en esta duodécima edición del cross el buen tiempo favoreció sin duda la presencia de corredores en la línea de salida, para disputar las pruebas organizadas para las diversas categorías, desde chupetines, que recorrieron medio kilómetro, hasta seniors y veteranos, que se enfrentaron con buen ánimo a los 6.500 metros de los que constaba el trazado.
Después de las carreras para los menores, a las once de la mañana más de 130 atletas de la categoría cadete, junior, senior y veteranos comenzaron a disputar la prueba, aunque como viene siendo habitual en esta clase de competiciones, hay quien corre para ganar, y otros que lo hacen por el mero hecho de practicar deporte en compañía.
De los que salieron a competir por la victoria, destacaron dos atletas, Miguel Ángel Martín Granados y Rubén Merino Herrero, que pusieron un ritmo lo suficientemente constante como para que el resto de rivales no pudiera seguirlo, y se jugaran la victoria en un final que coronó a Miguel Ángel, tres segundos por delante de Rubén, con José Luis Herrero en tercera plaza.
Dentro de la categoría femenina, comienza a sonar con fuerza el nombre de Idaira Prieto Suárez, hija de Antonio Prieto, uno de los mejores atletas segovianos de la historia, que venció con mucha autoridad, aventajando en tres minutos a Carla Santa Elena, segunda en la meta, con Ana María Velázquez en el tercer puesto.
Tras la celebración de las carreras, se llegó a la entrega de premios, en la que estuvo presente Javi Guerra, pasando posteriormente al sorteo de regalos donados por las instituciones como por los patrocinadores privados, y de algunos segovianos ilustres, como es el caso de Lin, que donó una camiseta y unas zapatillas. Así, en un perfecto ambiente festivo se pasó la mañana del domingo en el acuartelamiento segoviano, cerrándose una duodécima edición del Cross Virgen del Pilar que tiene un tan buen presente como (así se espera) prometedor futuro.