La iglesia de Santa Eulalia bullía de nervios y actividad en los minutos previos al inicio de la Procesión de los Cinco Misterios, donde la Hermandad de Nuestra Señora La Soledad Dolorosa y Cofradía del Recogimiento escribió con letras de oro una página en la Semana Santa segoviana al sacar al Santo Cristo de la Esperanza con una cuadrilla de costaleros por primera vez en su historia. Sergio y Javier, los capataces del paso, cuidaban hasta el último detalle del orden de la cuadrilla sin dejar de animar a sus compañeros costaleros, en cuyos rostros se notaba la emoción y la tensión del momento. En el argot cofrade, la posibilidad de que la lluvia haga acto de presencia durante una procesión convierte a la jornada en un «día de susto» en el que las miradas al cielo tratan de escudriñar cualquier atisbo de mejoría que pueda hacer viable la salida de cofrades y penitentes.
Félix Santiuste, presidente de la cofradía, expresaba su confianza en que el tiempo finalmente respetara la procesión, y a las ocho de la tarde, las puertas de la iglesia de Santa Eulalia se abrían para dar paso al inicio de la procesión con la que la Hermandad de la Soledad Dolorosa recrea los misterios dolorosos del Santo Rosario en los que se recuerdan los episodios de la Pasión de Cristo.
La cuadrilla de costaleros, magníficamente dirigida por sus capataces, sacó limpiamente el trono de la iglesia y realizó la primera «levantá» marcando los tiempos entre una atronadora ovación del público que comenzaba a abrir sus paraguas ante la presencia de la lluvia.
La cofradía no se arredró ante la lluvia y decidió continuar con el rezo de la oración dirigida por su párroco, Inocencio Martín Sastre, al que acompañaron decenas de feligreses, así como el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, la diputada del PP, Beatriz Escudero y el portavoz popular en el Ayuntamiento de la capital, Jesús Postigo, así como varios ediles del equipo de Gobierno y de la oposición.
A medida que avanzaba la procesión por la calle José Zorrilla, la lluvia se hacía más fuerte, y tras la lectura del Primer Misterio, los responsables de la cofradía decidieron no poner en riesgo la imagen del Cristo de la Esperanza ni hacer más duro el trazado para sus costaleros y desde la plaza de Somorrostro emprendieron el camino de regreso hasta el templo.
Antes de llegar, los costaleros realizaron dos «levantás» más en honor a compañeros y amigos, donde el sonido del llamador y las emocionadas palabras de ánimo de los capataces comienzan a impregnar la Semana Santa segoviana de una nueva forma de entender la espiritualidad de estos actos devocionales.