Nada anima más a una persona que emprende un nuevo trabajo que recibir una cálida y afectuosa bienvenida por parte de aquellos con quienes compartirá su tarea. A buen seguro, Juan Cruz Arnanz Cuesta inició ayer su labor como responsable de la parroquia de San José con la confianza de sentirse arropado por una feligresía que ayer llenó el templo parroquial para participar en la toma de posesión, que tuvo lugar en el transcurso de la misa dominical presidida ayer de forma excepcional por el obispo de Segovia Ángel Rubio Castro.
Con el vívido recuerdo de su antecesor en el cargo, Ignacio García, fallecido en un trágico accidente a finales del pasado año, la comunidad del barrio de San José asistió a una ceremonia llena de simbología, en la que tras dar lectura a su nombramiento como párroco, Arnanz Cuesta bajó del presbiterio para visitar la pila bautismal y el confesionario y después recibir de manos del obispo la llave del sagrario como custodio y garante del Santísimo Sacramento.
En la homilía, monseñor Rubio quiso felicitar al nuevo párroco y aseguró que la parroquia es «un camino para encontrarse con Dios, una fuente pública la que el barrio se acerca para saciarse de la Vida Eterna», y señaló que la labor evangelizadora de una comunidad parroquial es «una tarea conjunta, porque una parroquia es una familia y no una masa de fieles anónimos».Por ello, les animó a adoptar una actitud de participación «responsable y creativa» en la que el sacerdote sea «animador» de la tarea pastoral.
Por su parte, Juan Cruz Arnanz se dirigió por primera vez a sus nuevos feligreses para agradecer el apoyo de la diócesis y sus compañeros de la curia, así como el cariño que en los últimos seis años experimentó durante su etapa como párroco en Fuentepelayo, Zarzuela del Pinar y Pinarnegrillo.
Asimismo, también agradeció el recibimiento tributado por los vecinos de San José, y aunque aseguró que su primera intervención no era «programática», expresó su intención de entregarse al trabajo encomendado y pidió a sus feligreses «paciencia» en estas primeras semanas difíciles a la hora de «cuadrar agendas y compromisos».
