Pese a su joven historial de ganadores, la Carrera Monumental crece con la tradición de las rivalidades. El duelo entre Enrique Meneses y Luis Miguel Sánchez, que se decantó el año pasado a favor del primero, se volvió a repetir ayer en la cuarta edición con el triunfo del abulense Sánchez, un habitual del atletismo segoviano. “Al final le he atacado subiendo la calle Real y ha salido la moneda de mi parte. Estoy muy contento, porque es un atleta grandísimo al que nunca había ganado”, explicaba el ganador a la conclusión de la carrera.
Dos veces mejor español en la Media Maratón de Segovia, Sánchez creció tras el tercer puesto del año pasado en la Monumental: “Es una prueba de mucho nivel, con campeones de España y atletas internacionales de triatlón, duatlón o carreras de montaña. Al principio he empezado un poco resguardado porque la cuesta es muy complicada. He estudiado aquí y me sé las calles casi al dedillo”.
No salió el sol, pero los atletas agradecieron la lluvia fina. “Siempre que vengo a Segovia llueve, y se me da bien la lluvia”, sonríe Sánchez. Esther Ramos, debutante y vencedora en la categoría femenina, también agradece la humedad. Leonesa residente en Madrid, Ramos distanció a sus rivales, Marta Mazaira, que llegó a 22 segundos, y Liu Dong, la ganadora del año pasado. “He empezado muy cómoda, pero la segunda mitad se hace muy larga”, explicaba la corredora, que tejió su distancia en el tramo inicial y luego supo gestionarla: “Tenía al de la bici diciéndome ‘que se te acerca’, pero lo he controlado bien”.
Era la primera vez que Ramos corría por las calles de Segovia: “Me ha gustado mucho, el recorrido es precioso. Es un poco fastidiado que sea todo adoquines pero está muy bien. Queda muy chulo ver el Alcázar ahí arriba”. Con unos objetivos deportivos más modestos, Paloma Gil agradeció cubrir una ruta turística con 46 monumentos: “No es lo mismo correr por un polígono que por aquí. Te relajas, empiezas a mirar monumentos y se pasa el tiempo sin darte cuenta”. Esta madrileña, que también ha corrido la Monumental de Alcalá de Henares, disfrutó con el clima. “Es precioso porque recorre toda la ciudad y a la vez es muy técnico, aunque me esperaba que con la acera y el adoquín fuera peor”, añade.
La prueba, de 10 kilómetros, se ha desarrollado sin incidentes, sin caídas destacables. “La respuesta de la gente ha sido muy positiva. No ha habido ningún contratiempo de última hora y todo ha salido perfecto”, aseguró Daniel Gutiérrez, director técnico de Intenxity Sport, que destaca un apartado mejorado en esta edición: “Ha habido muchos voluntarios y hemos organizado mejor el reparto de dorsales al entregarlos más lejos de la meta”.
En torno a la hora llegaba a meta Julio Jiménez con su hijo de la mano. Es el segundo año que corre la prueba. “Es muy dura, se nota que cada año se hace uno más viejo», recuerda sonriente. Las horas de gimnasio, bicicleta y salir a correr tres días a la semana tienen su recompensa en domingos como este, que define como “un día en familia” que hace olvidar la dureza. “Que estén los pequeños esperándome para entrar con ellos es estupendo”.
Esas aventuras particulares de los 1.314 participantes, un centenar más que el año anterior, son el alma del atletismo popular. Aunque algunos no aguantaron hasta la entrega de trofeos y han dejado varios podiums incompletos, su acogida se afianza. De las rivalidades amistosas de los líderes hasta los padres de familia, la Monumental ya tiene cuatro años de recuerdos.
