El escritor Salman Rushdie ha decidido regresar a la ficción con la novela ‘Dos años ocho meses y veintiocho noches’ instando a los artistas a “defender sus creaciones” frente a “todos los fanáticos cuya característica común es su no gusto por la lectura o el arte”. “Si estamos preocupados de que nos pueda ocurrir algo, no podremos continuar ejerciendo el arte”, aseveró el autor tras afirmar además que frente al puritanismo “el placer (de la lectura, del teatro, de la danza) se convierte en un acto revolucionario”, explicó. “Una característica de todos los fanáticos es su no gusto por la lectura o el arte, pero es algo que sucede en todas las épocas. Ahora mismo está el islamismo extremo destruyendo vestigios culturales, pero recuerdo que en la Inglaterra del siglo XVII, por ejemplo, se cerraban los teatros”, señaló.
El escritor afirmó además que este género es el que más le gusta y se siente “feliz”. “Aquí es donde me quiero quedar, en las novelas, en los relatos cortos”, aseveró. El autor reconoció que esta nueva obra es una “reacción” ante su anterior trabajo ‘Joseph Anton’, una autobiografía que Rushdie se vio “obligado a escribir”. “Si no llega a ser por una determinada serie de eventos que me han ocurrido a lo largo de la vida, en alusión al decreto de fatua que tuvo que afrontar, entre otras cosas, jamás intentaría escribir mi autobiografía, pero desgraciadamente sucedió”.
Por ello, entiende que el siguiente paso una vez abordada su propia vida, debía ser volver a la escritura de ficción, que le viene “más natural”. “Me alegro de haber hecho este tipo de escritura, es como el barrio en el que me gustaría quedarme a vivir”, reiteró, tras recordar que ya tiene en mente el principio de una nueva novela, aunque con la promoción de este libro ahora “no hay tiempo”.
‘Dos años ocho meses y veintiocho noches’podría entenderse como la lucha de “la razón contra la sinrazón” a través del enfrentamiento entre el filósofo Averroes, que intenta aunar la razón y la ciencia con la fe y Dios, y el persa Al-Ghazali de Tus, quien lucha contra la incoherencia de los filósofos. La novela de Rushdie está plagada de referencias que entroncan con la tradición oriental y ‘Las mil y una noches’, genios conocidos como ‘yinns’ y sus descendientes que no tienen lóbulos en las orejas y personajes con poderes sobrenaturales o reencarnaciones.
Aunque el final del libro podría aparentar estar relatado con cierto optimismo respecto al triunfo de la razón, Rushdie cuestionó esto, ya que “tarda más de mil años en resolverse”. Preguntado sobre si este cierre del libro coincide con su idea del mundo ante “amenazas” como el Estado Islámico, el escritor aseguró no ser “excesivamente optimista”, pero sin querer pronunciarse. En cualquier caso, sí admitió que hoy en día existe esa “lucha entre la razón y la sinrazón” y, respecto al auge del ISIS, señaló el “fracaso de los Estados” en Oriente Medio. “Podemos ver en el origen del ISIS el viejo régimen de Sadam Hussein, pero básicamente donde existe colapso de Estado, existe un vacío de poder”, indicó.
Rushdie aludió a la matanza de la redacción de ‘Charlie Hebdo’, calificándolo como “odioso”. “Nadie debería ser asesinado por dibujar: si no te gusta puedes ir a otra revista que te guste”.
