Una cadena de atentados con coche-bomba en la zona de las delegaciones diplomáticas internacionales en la capital iraquí dejó ayer un primer saldo de 30 muertos, 224 heridos y numerosos daños materiales en los recintos extranjeros, entre los que se encuentra la Embajada del Reino de España. Las explosiones, llevadas a cabo por tres suicidas, tuvieron lugar junto a las sedes diplomáticas de Alemania, España, Egipto e Irán.
La detonación de los coches-bomba ocurrió tras una serie de explosiones de proyectiles de mortero contra el barrio fortificado del centro de la capital, que alberga la mayoría de las sedes gubernamentales y delegaciones extranjeras, la llamada Zona Verde.
Cerca de la Embajada alemana se encuentra la sede diplomática española, que también resultó afectada. Según explicó el encargado de negocios de la sede patria en Bagdad, Antonio González-Zavala, la legación oficial sufrió «muchos daños materiales» como consecuencia de la explosión de un coche-bomba frente a la Embajada alemana, situada en las proximidades, pero no ha habido que «lamentar daños personales».
Según relató, la detonación se produjo en la entrada que comparten ambas embajadas. Como consecuencia del atentado, «ha muerto un vigilante iraquí de la delegación alemana y otros dos han resultado gravemente heridos por la metralla».
La explosión se produjo mientras el personal de la legación española se encontraba en sus despachos, ya que ayer fue día laborable en Iraq. «Resultó ser un gran susto, ya que la onda expansiva entró por la ventana e hizo volar algunas cosas», indicó González-Zavala. Los cristales de las ventanas, gracias a que están cubiertos por un plástico, «no se han descascarillado», precisó.
El equipo especial de GEOs que se encuentra destacado en la legación de Bagdad para asegurar la seguridad de su personal «reaccionó rápidamente y nos llevó al compartimiento estanco de seguridad», explicó el encargado de negocios de la sede.
Po r su parte, el Gobierno de España expresó «sus más sinceras condolencias y su profunda solidaridad con las víctimas, así como con las instituciones y con el pueblo iraquí», reza un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Asimismo, el Ejecutivo «condena enérgicamente estos atentados y reitera su más firme rechazo a cualquier manifestación de violencia terrorista», añade el texto.
Las otras dos explosiones tuvieron lugar frente a las Embajadas de Irán y Egipto. La bomba que explosionó ante la puerta principal de la legación persa, justo a las afueras de la Zona Verde, destruyó unos 30 coches. La sede de la Dirección Presupuestaria del Ministerio de Finanzas y la del banco inmobiliario resultaron también dañadas. «Muchos guardias de seguridad de la delegación diplomática murieron y otros resultaron heridos», relataron testigos presenciales.
En la Embajada egipcia el suicida empotró el coche contra una barrera de hormigón de seguridad y la detonación posterior provocó un cráter de tres metros de profundidad. «El coche chocó contra la zona protectora y los guardias dispararon contra el terrorista, pero se inmoló activando la carga explosiva», explicó el portavoz de la autoridad de seguridad bagdadí, Qassim al Moussawi.
Al Moussawi indicó que las Fuerzas de Seguridad lograron desactivar un cuarto coche-bomba en el distrito de Al Masbah, también en el centro de la capital, y que han detenido al suicida.
Además, en los últimos días se han sucedido distintas explosiones y atentados en diferentes barrios de Bagdad, lo que ha provocado numerosos heridos.
