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Una búsqueda sin pistas y sin esperanza

por Redacción
15 de diciembre de 2013
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La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía mantienen abiertas las investigaciones por la desaparición de dos vecinos de Segovia en junio y septiembre. Son los dos únicos casos sin resolver registrados en esta provincia en los últimos años y la casualidad quiso que sucedieran en un intervalo de apenas tres meses. Hoy, ya sin que exista una búsqueda activa ante la ausencia de pistas que permitan mantener dispositivo alguno, sus expedientes forman parte de una base de datos nacional en la que figuran casi 6.000 casos más.

Hoy domingo se cumple precisamente medio año de la desaparición de Fernando París Vicente, apodado ‘Pichón’. Las autoridades no consiguieron un solo indicio cierto que les permitiera localizar a este hombre de 78 años que en la tarde noche del sábado 15 de junio se dirigía al tanatorio de Segovia por la muerte del conocido fotógrafo Félix París, su hermano, y nunca llegó. Menos tiempo lleva desaparecido, aunque también demasiado, el vecino de Sepúlveda Antonio Calleja, ‘Toño’, de 63 años y con deficiencia psíquica, del que no hay noticias desde la tarde del 20 de septiembre.

Fernando París Vicente tomó un autobús para ir al tanatorio de Segovia a velar a su hermano, suceso que pudo acelerar el principio de alzhéimer que se le había diagnosticado recientemente. Vestía una americana gris, pantalón oscuro, camisa blanca con rayas y corbata roja, una indumentaria poco apropiada para ir por el monte o el campo y que bien pudo haber permitido que a algún ciudadano le llamase la atención si se cruzó con él por los terrenos agrestes en los que se sospecha que pudo terminar tras desorientarse. Pero apenas hubo pistas que seguir, sólo bulos.

Roberto París, su hijo, afirma en declaraciones a la agencia Ical que todavía tiene «muchas dudas» de que se hiciera todo lo posible. Reconoce que el operativo desplegado fue importante, «pero si el helicóptero viene el domingo, en lugar del lunes, seguramente esto habría terminado de otra manera», afirma. «Mi padre aún tenía batería en el móvil el domingo por la mañana, y con las indicaciones que nos habría ido dando, sobre si ve el helicóptero o no, lo habría tenido encima en cuestión de minutos».

El hijo de Fernando París subraya que se siente «especialmente dolido» por cómo se desarrollaron las primeras horas de búsqueda. Cuenta que propuso a la Policía que intervinieran el móvil de su padre para poder localizarle: «Me dijeron que sí, pero que para eso necesitaban que antes pusiera la denuncia para adjuntarla a la petición de la orden judicial. La presenté a las 4 de la madrugada y a las 4.55 se supone que ya iban a emitir la solicitud, pero meses después, indagando, he sabido que el fax se registró en los juzgados a las 14.15, cuando mi padre se quedó sin batería sobre las doce del mediodía»

«¿Qué pasó desde las 5 de la mañana hasta las 14.15?. Nadie me lo aclara, ¿Por qué no se pidió antes la orden, no les pareció oportuno? Recibo buenas palabras, pero nadie me responde», continúa Roberto. «¿Y ahora qué haces?. La gente me dice que denuncie, pero ¿de qué serviría?. ¿Sabiendo que una persona estaba pidiendo ayuda por teléfono, tanto retraso no es omisión del deber de socorro?. Pienso que estaban convencidos de que llamándole el domingo por la mañana le iban a localizar, pero si hubieran actuado y localizado el teléfono con la orden judicial seguramente mi padre habría pasado las navidades con nosotros».

Hoy, seis meses después, Roberto conserva la esperanza de que al menos un día se encuentren los restos de su padre: «Eso nos daría respuestas sobre qué ocurrió y, como dice mi madre, podríamos hacerle una misa».

En parecidas circunstancias se desarrolló el operativo de búsqueda del vecino de Sepúlveda Antonio Calleja. Cientos de personas, entre autoridades y voluntarios, llegaron a participar en las batidas de las primeras jornadas. Su familia denunció la desaparición el mismo viernes 20 de septiembre, día en que fue visto por la mañana en los alrededores del colegio nuevo del municipio y, más tarde, por Santa Cruz y el entorno del puesto de la Guardia Civil, pero no pudieron aportarse más pistas que esa y la vestimenta que llevaba cuando lo vieron por última vez: una camisa de cuadros azul y un pantalón azul marino.

Efectivos de los puestos de la Guardia Civil de la zona, el Seprona, Protección Civil, agentes medioambientales de la Junta, perros rastreadores del Equipo de Rescate e Intervención (Ereim) de Riaza y el Grupo Cinológico de Zamora, un helicóptero del Instituto Armado… La situación vivida tres meses antes con Fernando París se repetía de nuevo con Toño, pero esta vez en un radio de diez kilómetros alrededor de Sepúlveda, donde se buscó en cada garaje, local o vivienda en el que pudiera haberse resguardado, aparte del campo abierto.

Cundió la desesperanza y con el paso de los días el despliegue se diluyó entre la falta de resultados o pistas que dieran sentido y continuidad a la búsqueda. «Llegamos a ser más de 300 personas buscando», recuerda el alcalde de Sepúlveda, Francisco Notario. «Se pusieron todos los medios humanos y materiales posibles, pero nada».

A Toño ya no le queda familia en el pueblo, donde todavía cuelgan los carteles con su foto en los comercios. Vivía en una residencia de Segovia capital, pero los meses de verano, de junio a septiembre, los pasaba en Sepúlveda. «Era una persona muy querida por su deficiencia», prosigue el primer edil, quien llegó a dictar un bando para pedir voluntarios.

Toño no hablaba, «aunque le conocía todo el mundo», y «no montaba en un coche de alguien que no conociera». En los pueblos de alrededor los vecinos todavía preguntan al alcalde, «muestran preocupación», pero «poco más se puede hacer». «La Guardia Civil estuvo casi un mes y la gente estuvo formando grupos y saliendo los primeros días hasta que acabaron recorriendo los mismos sitios una y otra vez».

La Subdelegación del Gobierno, consultada por Ical, subraya que los casos no están cerrados: «Aunque el dispositivo no funcione como tal, la investigación prosigue y se reactivará siempre que se encuentren nuevas pistas e información». Asimismo, valora «la agilidad y rapidez de los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en el caso de las desapariciones, que ponen los oportunos dispositivos de búsqueda de forma inmediata, una vez que reciben la denuncia o la comunicación». Aun así, para Fernando París, Antonio Calleja y sus familias la desesperanza ya ha tocado fondo.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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