Durante el tiempo que el lector ha empleado en leer estas líneas, como mínimo (y evidentemente sin darse cuenta) habrá parpadeado una vez. Ese parpadeo dura, por término medio, tres décimas de segundo desde que comienza a cerrarse el ojo hasta que se abre totalmente. Tres décimas que no parecen un tiempo excesivo… pero que es casi cuatro veces veces más que las ocho centésimas (¡ocho!) que separaron a Águeda Marqués de la marca mínima de competitividad interna que estableció la Federación Española de Atletismo para obtener el billete para los Juegos Olímpicos en la prueba de 1.500.
La atleta segoviana tomó parte en la tarde/noche del viernes en el Mitin Internacional de Madrid, la penúltima oportunidad para conseguir la marca mínima para los Juegos, aunque la última es el Campeonato de España que se celebrará en La Nucía, pero en el que es muy complicado hacer marca. Águeda llegaba a Madrid tras un mes complicado de salud, pero queriendo demostrar que estaba en condiciones de conseguir ese 4:04.50 que la Española había establecido como marca mínima de competitividad interna para los Juegos.
Y en una carrera de menos a más la segoviana del Adidas se quedó a ocho centésimas de conseguirlo, clasificándose tercera por detrás de la británica Melissa Courtney-Bryant, que hizo 4:03.50, y de Esther Guerrero que paró el crono en 4:04.20. El tiempo de Águeda fue de 4:04.58, su segunda mejor marca en la distancia. “Si lo sé me habría tirado en la línea de meta”, comenta la atleta del barrio de San Marcos, consciente de que esas ocho décimas se podían haber ganado ‘volando’ en ese último metro.
COMPETITIVIDAD INTERNA
La situación es digna de estudio, puesto que la Federación Española de Atletismo estableció un sistema para ganarse el billete para los Juegos Olímpicos. Dicho sistema señalaba que el atleta debía cumplir con los criterios de clasificación de World Athletics (mínima directa o clasificación en el World Ranking), un apartado que Águeda Marqués cumple, pero además tenía que realizar una marca mínima de competitividad interna durante el año 2024. La segoviana se ha quedado a ocho centésimas de esa marca de competitividad. Queda por ver si la Federación abre la mano con esas ocho centésimas, o si bien considera que una atleta que por ránking tendría derecho a acudir a los Juegos se debe quedar fuera porque la diferencia entre ser competitivo, o no, es de ocho centésimas. “El año pasado no hicieron excepciones. Este año no sabemos si las harán”, señala una Águeda que acabó el 1.500 de Madrid haciendo la segunda mejor marca de su vida, pero con el rostro arrasado en lágrimas por no haber llegado a ser competitiva según los criterios de la Federación.
«NO DEBERÍA VALER SÓLO LA MARCA»
Los criterios de la Federación Española de Atletismo para acudir a los Juegos Olímpicos quedaron establecidos en el mes de octubre, y Águeda está de acuerdo con ellos, pero apuesta por un trabajo más allá de la marca: “Me parece bien que la Federación ponga unas mínimas porque así se protege al atleta y no hay favoritismo, pero echo de menos un trabajo más intensivo por parte del seleccionador, o de las personas que están al cargo de esta selección, con los atletas que se han quedado al límite de esa marca mínima. Si sólo se usan estos criterios, la realidad es que el seleccionador podría ser cualquiera”. Son varios los atletas que se han quedado a pocas centésimas de lograr esa marca mínima en sus respectivas pruebas, y se está generando una corriente de opinión acerca de la ‘exigencia sobre exigencia’ que ha impuesto la Federación Española de Atletismo.
