Los peores temores y efectos colaterales de la oleada de incendios que asola Castilla y León se cumplieron este lunes. Y no hay previsión del momento en el que la pesadilla puede acabar. Una docena de incendios activos en cada uno de los costados de la región arrasaron miles de hectáreas y, en suma a ello, ayer se conoció que el fuego originado este domingo en Losacio (Zamora) se había cobrado la vida de un brigadista y un ganadero al ser atrapados por las llamas, a la vez que había provocado 11 heridos y obligado a la evacuación de miles de vecinos de más de una veintena de localidades.
Al cierre de esta edición, se contabilizaron un total de XX fuegos activos y otros cinco que entrañaban una gran preocupación al ser declarados de nivel 2 de peligrosidad. En concreto, Losacio y Villaseco del Pan (Zamora), Cebreros (Ávila), Montes de Valdueza (León) y Monsagro (Salamanca). Muchos de ellos empeoraron durante la tarde, sobre todos los de mayor gravedad, situados al oeste de la Comunidad.
Todo ello en plena ‘situación de alarma’, declarada por la Junta de Castilla y León hasta hoy, ante el incremento del riesgo extremo de incendios en toda la Comunidad por la persistencia de la ola de calor.
El oeste reducido a cenizas
Las temperaturas alcanzaron niveles anormalmente altos y se llegaron a registrar rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora, lo que provocó que muchos incendios se agravaran. Uno de ellos es el de Cebreros (Ávila), desatado este sábado y cuya causa puede ser una “colilla mal apagada”, según afirmó el delegado territorial de la Junta en esta provincia, José Francisco Hernández. Este evolucionó “muy desfavorablemente” hasta incluso ubicarse “fuera de la capacidad de extinción”, según declararon fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.
De modo parecido, el incendio de Ponferrada (León), declarado este domingo en la pedanía de Montes del Valdueza, cobró ayer por la tarde una mayor intensidad que obligó a desalojar a un segundo pueblo, Ferradillo. Asimismo, el fuerte viento impidió volver a casa a los evacuados por el fuego iniciado en Monsagro (Salamanca) hace más de una semana, que ya ha quemado más de 9.000 hectáreas y cuya buena evolución permitió en un principio que comenzase la retirada de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Revivir la pesadilla
Pero sin ninguna duda, la peor parte en esta historia es para Zamora. Tras superar el incendio en la Sierra de la Culebra hace un mes, que destruyó la mayor área forestal del siglo en el conjunto regional y nacional, con más de 30.000 hectáreas calcinadas, ayer se declaró un fuego de nivel 2 en Villaseco del Pan, al cortar la N-122, y el domingo por la tarde se desató un nuevo fuego en Losacio. En apenas unas horas desde su comienzo ya había devorado 10.000 hectáreas, lo que obligó a cortar la línea de AVE Madrid-Galicia o la N-631, entre otras vías de comunicación, que alcanzan la decena.
Este último incendio, que alcanzó el terreno de Sierra de la Culebra que había sobrevivido a las llamas del fuego, superó la lista de municipios evacuados de su predecesor. Hasta anoche, se había procedido al desalojo de 25 poblaciones a causa del humo o la cercanía de las llamas. En total, más de 4.000 vecinos que tuvieron que dejar atrás sus hogares sin saber lo que podrá pasar, cuando volverán a ellos y lo que se encontrarán.
Dos fallecidos
Sin embargo, la tragedia va más allá. El 17 de julio vuelve a resonar como una fecha ‘negra’ en el conjunto del país. Ese mismo día hace 17 años, en 2005, fallecieron 11 efectivos que trabajaban en la extinción del incendio forestal de Riba de Saelices, en Guadalajara. Ese mismo día, pero 17 años después, hay que lamentar la muerte de un hombre de 60 años que trabajaba como manguerista de una autobomba y que quedó atrapado por el rápido avance de las llamas en Ferruela de Tábara, según se conoció este domingo por la noche.
Esta desoladora noticia llevó a la Junta a decretar un día de luto oficial. Sin embargo, esto no quedó aquí, ya que ayer se confirmó el fallecimiento de un ganadero de ovino de 69 años cuyo cadáver fue encontrado en una zona de monte quemada a cuatro kilómetros al casco urbano de Escober de Tábara.
Además, la responsable del Gobierno regional en Zamora indicó que nueve trabajadores del operativo de extinción fueron ingresados por inhalación del humo y dos personas permanecían ingresadas ayer tras sufrir un accidente de tráfico cuando decidieron huir de las llamas. Uno de ellos sufre quemaduras graves y su acompañante presenta quemaduras leves y fracturas de diversa gravedad, por lo que ayer permanecía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Luto en toda la región
Tras conocer estas noticias, multitud de organizaciones convocaron concentraciones en todas las delegaciones provinciales de la Junta de Castilla y León para rendir homenaje a los fallecidos y también agradecer a todos aquellos que luchan cada día contra el fuego. Es el caso de Segovia, donde a las 12.30 horas representantes de los sindicatos UGT y CCOO, así como diversidad de autoridades de partidos políticos y de la Junta, acudieron a las puertas de la Delegación para guardar tres minutos de silencio.
Fue en ese preciso momento cuando muchos de los presentes se enteraron de la segunda muerte del ganadero. De este modo, los portavoces de CCOO y UGT en la concentración, Ángel Nieto y Miguel Ángel Mateo, remarcaron que ayer era el momento de rendir homenaje a los fallecidos. Pero que más adelante se realizará “un análisis del por qué pasan estas cosas y no se cubren los servicios como debe ser” en un contexto de cambio climático, destacó Ángel Nieto.
De este modo, incidieron en que los incendios se apagan en invierno y primavera con la limpieza de los montes con la labor de las cuadrillas y brigadas. “La situación que hay es muy complicada a nivel regional”, manifestó Miguel Ángel Mateo. Por ello, ambos representantes sindicales recordaron que la campaña de incendios de la Junta está denunciada por ambos colectivos. “Dos incendios más como estos y nos quedamos fuera de juego todos”, insistió Nieto.
Los tres minutos de silencio, donde se pudieron ver cerca de un centenar de rostros emocionados, rompieron en una fuerte ovación que también pretendía expresar su solidaridad con familiares y allegados de los fallecidos.
