Se cumplen doce años de mi llegada a este foro que comparto con preclaros notarios del deporte segoviano. Al recibir la invitación para participar de Javier Martín, me asalta el miedo del que teme que sus reflexiones no importan un bledo. El atisbo de vanidad que brota en uno cuando se ve en los papeles tienta, pero acepto por un compromiso con un amigo con el que he compartido tantas cosas que me daría para aburrirles con mil columnas. En un gremio como el nuestro en que los valores brillan por su ausencia, quiero dejar esto claro.
Durante este tiempo compartimos aquí el éxito y ocaso del añorado Caja o los avatares de la Sego y el Balonmano Nava, que siempre serán mis equipos. Semper Fidelis, querido Félix. He hablado de mi familia e incluso he cometido la osadía de intentar venderles mis libros. Soy un temerario que diría el gran César Arcones.
He escrito de personas a las que admiraba para dejar de hacerlo poco después; dibujado parrafadas que recuerdo con cariño y otras que olvidé al momento. Y he escrito del gran Mariano, que por eso tiene un Komando.
Los hay que me siguen con fidelidad sin tener idea de lo que leen; los que comparten conmigo sus valoraciones, y los que se acercan a mis escritos para constatar su teoría de que no digo más que tonterías. Gracias a todos, especialmente a estos últimos.
Y así empiezo este curso siendo un blando, como me decía Fierro, del que no hay día que no me acuerde y que se marchó allá donde solo va la gente noble.
Aquí nos encontraremos cada quince días, para seguir dándoles mi opinión, que no dogma, sobre el deporte segoviano. Disfrutemos.
