Un señor en el cuerpo de un niño. 17 años de madurez y entereza. Por primera vez, un novillero con picadores se anunciaba en solitario dentro de la Feria de San Isidro. Con todos los tacos vendidos, Marco Pérez, con más de medio centenar de novilladas picadas en su currículum, se presentaba en la primera plaza del mundo. Una cita que levantó tanta expectación que terminó con una gran faena en medio de la presión que engendra Madrid y la estirada pendiente que proyecta una encerrona. Una ruleta rusa sin balas. No hubo trofeos por el uso de la espada, dentro de una tarde variada y de entrega, en la que destacó un buen ejemplar de Fuente Ymbro.
Hubo quejas por el trapío del primer novillo de El Freixo, armónico y nada ofensivo. Sereno y templado, Pérez exigió al utrero por abajo y tuvo que tragar en repetidas veces. Cuidó la colocación, y buscó cruzarse, pero el noble animal se paraba en el segundo muletazo, fruto de su falta de raza, y el salmantino quedaba fuera de la suerte. Encimista, ahogó en cierta medida el tranco del ejemplar, aunque dejó buenos pasajes. Pinchó en una actuación, que sin coger vuelo, le sirvió a tomar la medida al exigente escenario de Las Ventas y soltarse.
El primero del hierro de Fuente Ymbro, segundo de la tarde, mejoró la presentación hasta el momento, un colorado recogido que derrochó fuerza en varas y derribó en dos ocasiones al picador Alberto Sandoval. En la muleta tuvo clase y nobleza y humilló con transmisión por el pitón derecho. Con claridad y poderío, Pérez firmó dos tandas redondas, con una arrucina por medio que agitó la faena. Después, el juego del astado fue a menos y otro pinchazo fue poniendo la tarde cuesta arriba.
Levantó protestas también el segundo del envío de Ricardo Gallardo -tercero en el orden de lidia-, fino y sin remate, que resultó áspero y bronco de comportamiento. No dio lugar a lucimiento al joven novillero salmantino, que brindó a su tío recientemente fallecido. Pese a la actitud que demostró, comenzó a sentir la inercia de la presión venteña y encadenó otro silencio. Destacó el torero de plata Iván García con los palos, y se desmonteró.
Pasado el ecuador del festejo, Pérez cruzó el diámetro del anillo de Las Ventas para irse a portagayola con aplomo. Ejecutó la suerte con solvencia para medirse a un astado de El Freixo, basto de hechuras, que resultó huidizo y abanto en los primeros compases. Realizó un quiten con más variedad que pulcritud, y después continuó con estatuarios y un pase del desdén que sacó el «ólé» de Madrid. Tuvo celo el animal y le corrió la mano con mando, pero prontó lo gripó. Redujo las distancias, hasta situarse a escasos milímetros de la cara del bobalicón novillo, en una entregada y valerosa actuación, que fue ovacionada.
CON EL QUINTO, ENTRA EN MADRID
Volvió a chiqueros para ver si rompía la tarde y lo mejor con el capote llegó con un quite por gaoneras muy toreadas y limpias. Se encontró con un gran novillo de Fuente Ymbro, que tuvo clase, fijeza y codicia. Lo aprovechó Peréz con un inicio de muleta en los medios muy medido para luego continuar con naturales de mucha firmeza. Resultó prendido en dos ocasiones y definitivamente entró en Madrid. Con mucha raza. Una faena importante, que no terminó de redondear con el acero. Dio una vuelta al ruedo para paladear el anillo de Las Ventas y el utrero fue ovacionado.
Ya solo le quedaba un disparo y decidió enfrontilarse en toriles. No salió según lo esperado, pero después dejó una media verónica de suma despaciosidad. De rodillas lo esperó en el centro del ruedo y luego se enfajó al noble animal. Dejó tandas de conjunción por el pitón derecho y se gustó al natural. No dio para premio, y así concluyó una encerrona que entró en pendiente.
Ficha
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). 19º festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’. Novillos-toros de Fuente Ymbro (segundo, tercero y quinto), desiguales de presentación, con un buen quinto; y El Freixo (primero, cuarto y sexto), justos de presentación.
Marco Pérez, en solitario, silencio, silencio, silencio, ovación (aviso), vuelta al ruedo (aviso) y silencio.
El subalterno Iván García se desmonteró tras parear al tercero.
